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Cultura

Jesús Cimarro: “Invertir en cultura es invertir en la sociedad”

Cultura

4 de Septiembre de 2019

Jesús Cimarro: “Invertir en cultura es invertir en la sociedad”

El próximo sábado el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida tiene una cita especial en el Teatro Romano. Allí, su director Jesús Cimarro, recogerá la Medalla de Extremadura, máximo galardón que la comunidad autónoma ofrece.

Este festival representa uno de los eventos culturales más importantes del país con numerosos reconocimientos nacionales e internacionales. Es impulsor de las artes escénicas en general y del teatro en particular, motor de la economía regional y local, polo atrayente de turismo y activador del mercado laboral.

Además de su importancia cultural, el Festival es ejemplo en su trayectoria desde su creación, dotando a Extremadura de identidad universal, pues trasciende la temporalidad y alberga conceptos y valores universales. Las tragedias y los dramas grecolatinos representados en el Teatro Romano de Mérida poseen un valor ejemplarizante, instructivo y edificante, que se suman al entretenimiento y distracción propiciados por las comedias.

El Festival no se entiende sin el Teatro Romano de Mérida. Desde su excavación a principios del siglo XX se pone de manifiesto el deseo de devolver al Teatro su función original, y el 18 de junio de 1993, Margarita Xirgú da vida a una Medea de Séneca en versión de Miguel de Unamuno, convirtiéndose en el único festival del mundo en recuperar el patrimonio y revivir espacios artísticos clásicos, convirtiéndose con el paso del tiempo en un acontecimiento cultural y social de primera orden.

7Días no ha querido perder la oportunidad de entrevistar al que actualmente es su director, Jesús Cimarro.

No hay mejor manera de celebrar 65 ediciones que recibir la Medalla de Extremadura. ¿Qué siente el director de este Festival al recibir este galardón?

Alegría y una gran responsabilidad. Es un reconocimiento muy grande el que se le conceda al Festival esta medalla.

¿Por qué cree que ha sido este año y no otro?

Pues no lo sé. Fue una iniciativa del Ayuntamiento de Mérida, imagino que por la 65 edición, pero no lo sé. Cuando me informaron de que estaba puesto en marcha el mecanismo para proponer al Festival como Medalla de Extremadura yo me alegre muchísimo, pero nunca se sabe si sale adelante la propuesta o no. En este caso ha sido satisfactoria y estamos contentos de que se haya dado al Festival y sobre todo en esta fecha tan señalada como es la 65 edición.

En un momento en el que estamos pegados a los teléfonos móviles, en los que a veces importan más los likes que la compañía personal… este Festival consigue poner los bellos de punta a quien lo visita. ¿Cuál es la clave para que el Festival no caiga en la monotonía y año tras año consiga aumentar el número de visitantes?

La clave está es que hemos conseguido aunar criterios artísticos por una parte, por otra criterios de comunicación y por otra los gustos del público. Esta coyuntura que es tan difícil de conseguir lo estamos haciendo en las últimas ediciones y así conseguir que el público se interese por los espectáculos que se presentan en la programación del festival.

No es fácil, estamos hablando que es temática grecolatina grecorromana y hemos hecho una combinación de títulos que nunca se habían hecho y autores y autoras que están escribiendo de una forma muy contemporánea sobre los textos clásicos. Eso es esencial para que el público se pueda sentir identificado. También hemos conseguido que haya repartos atractivos para que el público vaya a ver las representaciones.

No nos olvidemos que estamos hablando del teatro más grande de España, con una capacidad de más de 3100 espectadores.

¿Es fácil escoger las obras que representarán en cada edición? ¿Cómo se pone en marcha el mecanismo?

No, no es fácil. Intento en cada edición que haya textos con puestas escénicas que no se hayan visto nunca en el Teatro Romano, por lo que hay que estar continuamente mirando qué no se ha hecho, qué es de interés, etc.

Sobre los textos, a mí me llegan, yo propongo a directores o directoras o incluso a actores. De alguna manera hay una simbiosis para conseguir una programación no solo en el Teatro Romano sino también en las extensiones del Festival y en la programación en off de Augusto en Mérida.

A finales de agosto acaba el festival pero imagino que comienza una ardua tarea también… preparar la siguiente edición. ¿Cuándo se descansa aquí?

Ahora termina una etapa. Está en proceso un concurso público y se decidirá quién es la empresa que lleve la gestión del Festival a partir del 2020. Pero te puedo contar lo que he hecho yo a lo largo de los últimos años. Cuando terminaba una edición ya me ponía en marcha con la siguiente porque no se puede estar perdiendo el tiempo, hay que estar contactando, coordinando agendas, proponiendo proyectos y no hay que perder ni un minuto.

¿Cree que se debería, desde los poderes públicos, fomentar mediante otras vías y con más inversión la cultura?

Todo lo que sea invertir en cultura es positivo y yo siempre invito a todos los gobiernos, tanto municipales, autonómicos o estatales a invertir en cultura, porque cuando se invierte en cultura se invierte en la sociedad. Te voy a poner un ejemplo sobre lo que en estos momentos se revierte con una entrada al Festival de Teatro que vale 30 euros. Se generan entre 125 y 150 euros, que eso es un impacto económico muy muy grande en la región. La cultura es interés social, cultural y económico.

¿Hay posibilidades de seguir extendiendo a otras sedes el Festival de Teatro Clásico?

Eso lo tendrán que decidir las autoridades con la empresa que gestione el Festival a partir de 2020. Pero sí que hay posibilidades si se aumenta el presupuesto lógicamente, porque si no es imposible.

¿Qué responsabilidad asume usted cada vez que encara una nueva edición?

Con mucho riesgo y mucho vértigo porque todos son estrenos y nunca sabes cómo van a salir. Tiene mucho riesgo el plantear una producción porque cuando se va a estrenar puede salir bien, regular o mal. Eso conlleva el estar muy ojo avizor con todo el proceso de producción. Así que bueno, siempre pendientes de que todo salga bien, de que no haya ningún problema y de que lleguen las obras a buen puerto.

¿Ha habido alguna edición que usted recuerde especialmente y porque?

Yo creo que cada edición tiene un recuerdo importante, por un estreno, por la asistencia del público, porque se presentan textos que nunca lo habían hecho... No me gusta decir esto es lo mejor, sino decir que tenemos una gran variedad de actividades que tiene muchísimas cosas positivas que señalar.

¿A quién dedicaría la Medalla?

Al público, siempre. En este caso el que viene cada noche a ver las representaciones del Teatro Romano en sus diferentes extensiones del Festival. El público es quien más se merece, es quien cada día rellena las gradas del Teatro Romano.

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