OPINIÓN: La Vuelta pasa de Extremadura

Un tren digno viene siendo la petición de todos los extremeños al Gobierno de España al contemplar la dejadez de las instituciones para con la región sobre este tema. Vías del siglo XIX y trenes en mal estado campean por Extremadura sin que nadie ponga solución.

El deporte parece sufrir el mismo mal endémico en la región, y además, un tema que pasa más desapercibido. Lo cierto es que año tras año el deporte extremeño se soporta más por vocación que por las instituciones y la paciencia de algunos deportistas de alto nivel está llegando a su fin.

No solo las instituciones se olvidan de Extremadura respecto al deporte. Pruebas tan emblemáticas como la Vuelta España obvian una y otra vez a una región que tiene todos los atractivos para ser merecedora de una etapa.

Hace pocos días quedaba publicado el calendario oficial de La Vuelta 2018 en una pomposa gala donde acudió lo más granado del pelotón ciclista español. En el mapa que dibujaban las etapas podía verse una vez más un gran vacío en el suroeste español.

Estamos de acuerdo en que el tren es una auténtica vergüenza pero en lo concerniente a las carreteras, salvo alguna excepción como la tan ansiada autovía Badajoz – Cáceres que no llega, son de un nivel bastante decente.

Nada tienen que envidiar las ciudades extremeñas con respeto a otras para albergar finales de etapa. Si la organización de La Vuelta quiere avenidas grandes para que los esprinter se luzcan tanto Badajoz como Cáceres y Mérida podrían ser viables.

Sin ir más lejos hay que remontarse al año 2013, concretamente al 29 de agosto, cuando Cáceres albergó el final de la sexta etapa de la competición ciclista española. Una cita que para volver a repetirse, parece, tendrán que pasar mucho años.

Finales en alto tampoco faltarían, donde los escaladores podrían marcar la diferencia en puertos como el de Honduras o Tornavacas, que nada tienen que envidiar a finales como La Covatilla o el Angliru.

Si lo que busca la organización de la Vuelta a España son finales de gran belleza localidades como Trujillo, Mérida o monasterios como el de Guadalupe o Tentudía podrían ser lugares idóneos.

Todo indica, pues, que el caballero Don Dinero es el que manda, como en todas las cosas desgraciadamente, y La Vuelta se rige por la ley de la oferta y la demanda excluyendo a Extremadura a pesar de ser un lugar que puede dar mucho juego a los ciclistas más completos del pelotón.