Sin poder darle sepultura a su hija tras fallecer en el hospital

Andreina tenía 35 años, dos hijos y toda una vida por delante. Trabajaba en una pequeña cafetería y limpiaba casas, hacía dos años que había llegado de Venezuela empujada por la crisis. Alquiló un piso gracias a un amigo y murió en la madrugada de Reyes en el hospital Gómez Ulla.

Desde el momento que falleció en los brazos de su madre en el centro hospitalario, no ha podido ver el cadáver, no sabe dónde está, y el hospital no ofrece información.

La joven pasó varias veces por urgencias a causa de una neumonía. La primera el 3 de diciembre. Andreina tenía fiebre y un dolor punzante de pecho. Le dieron el alta tras prescribirle amoxicilina.

El 31 de diciembre volvió a urgencias con el dolor en el pecho acentuado, sangraba al toser. El diagnóstico: neumonía basal. Pese al cuadro de síntomas que presentaba le dieron el alta por la tarde con un nuevo tratamiento.

Así, el 4 de enero, sobre las 17:00 horas, Andreina vuelve a urgencias, para no volver a salir del hospital. La ingresaron por la noche, a eso de las 21:00 horas, 14 horas después fallecía en brazos de su madre.

"Murió en mis brazos" recuerda. "Llamé a las enfermeras y me sacaron de la habitación. Me decían que se había muerto de un paro cardíaco, luego que de un derrame cerebral y me pidieron que firmara la autorización para la autopsia. No he vuelto a saber nada de mi hija, no sé dónde está, ni he podido darle su santa sepultura".

El Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid ha pedido al hospital la historia clínica y toda la documentación de la paciente desde su primer ingreso, el 3 de diciembre, hasta su fallecimiento en la noche de Reyes.

FOTO: emporis