28 Marzo 2024
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El valor de la política

29 de Abril de 2015

El valor de la política

Hay sensación generalizada de que los partidos políticos y sus representantes no transitan por sus mejores momentos de valoración por parte de la ciudadanía, siendo comprensible que la llamada desafección política tenga razón de ser. Titulares, editoriales, estudios sociológicos o artículos de opinión abundan al respecto con argumentos para todos los gustos, aunque la percepción personal de cada uno de nosotros tenga valor primordial sobre sesudos análisis.

Las prácticas políticas que han tomado como excusa la llamada crisis económica-financiera, me atrevo a decir que “fabricada” ex profeso para cortar de raíz derechos sociales y laborales que a las clases trabajadoras y medias nos han birlado por la cara, han conseguido endosar a la ciudadanía una larga lista de  agravios e injusticias que han ido en creciente y afectan a la línea generacional de cada una de las familias, mientras los ricos lo son aún más de forma escandalosa. Objetivo conseguido, dirán ellos.

La anulación de los derechos antes citados, el alto nivel de paro, la precariedad laboral que ha engrosado el número de pobres,  la corrupción, la impunidad, la falta de oportunidades, la exclusión y desprotección social, de nuevo la emigración, la pérdida de libertades, la especulación, el fraude…. crecen en este ambiente asfixiante del que es necesario salir cuanto antes. Esta es la verdadera desafección, el rechazo a las injusticias y a los caraduras que no sirven al pueblo a través de la política sino que la utilizan para beneficio personal.

No es el camino la atonía social, el conformismo, la pasividad o el negar a la política su valor como poder transformador hacia una sociedad deseada, renunciar al ejercicio democrático, tan ausente en nuestra historia aunque algunos tengan la sensación de que estuvo aquí siempre o que nadie luchara por conseguirla.  No se trata de contar “batallitas” pero urge un papel educacional sobre el fundamental derecho democrático de la participación y sus consecuencias positivas como sociedad madura.

Cuánto de acuerdo con Pepe Mújica: “La política no es un pasatiempo, no es una profesión para vivir de ella, es una pasión con el sueño de intentar construir un futuro social mejor”.

Y añado, solo los que entienden la política desde este principio de servicio a la comunidad, los que apuestan por la transparencia más absoluta de las administraciones públicas, los que garantizan y consideran un valor la participación activa de hombres y mujeres, los que demuestran que la honradez no es una excepción, los recursos públicos de todos, los que tienen un proyecto de progreso compartido, propuestas serias y viables, más un modelo social de cohesión e igualdad de oportunidades merecerán tener la confianza de la ciudadanía.

El escenario es amplio y diverso, las encuestas aturden con sus magnitudes y porcentajes, el ruido mediático juega su papel, el marketing se esfuerza en fabricar personajes, en algunos casos lamentables. Más en el centro de este escenario estamos nosotros con el papel principal que nos permite decidir qué gobiernos queremos a partir del 24 de mayo.