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Jarandilla de la Vera acoge la fiesta de Los Escobazos

2 de Diciembre de 2014

Jarandilla de la Vera acoge la fiesta de Los Escobazos

Cada 7 de diciembre tiene lugar en Jarandilla de la Vera una de las tradiciones populares más particulares de Extremadura. Una manera diferente de celebrar la Inmaculada Concepción que es considerada Fiesta de Interés Turístico de Extremadura, los Escobazos.

Todo parece indicar que la fiesta de los escobazados de Jarandilla de la Vera asienta sus bases en los pastores de antaño. Cuando estos regresaban de la sierra en las frías noches de diciembre y encendían escobones de retama para ver y calentarse durante el camino. La alegría era tal cuando llegaban a su destino que apagaban los escobones golpeándose amistosamente unos a otros.

Es este, sin duda, un claro ejemplo de tradición popular. Los vecinos de Jarandilla de la Vera la han mantenido durante años y cada 7 de diciembre celebran la fiesta de la Inmaculada Concepción a golpe de escobazo. Una fiesta que es considerada de Interés Turístico de Extremadura.

La fiesta comienza con el cortejo. El mayordomo de la fiesta, el cura, familiares y amigos recorren las calles del pueblo gritando vivas a la Virgen de la Concepción al son del tamboril. Es en este momento cuando los habitantes de la localidad comienzan a aparecer por todas las calles de la villa y sus plazas preparando los escobones de retama para dirigirse a la Plaza Mayor.

Cuando anochece comienza el espectáculo de luz y fuego, se encienden los escobones y comienzan a golpearse unos vecinos a otros, siempre de cintura para abajo para evitar que alguien salga herido.

En torno a las 9 de la noche, la comitiva encabezada por el mayordomo de la fiesta, a caballo, llega a la Iglesia de Santa María de la Torre y recibe de manos del párroco el estandarte de la Virgen de la Concepción. Comienza en ese instante uno de los momentos más emotivos de la celebración. Con el estandarte en manos del pueblo, el mayordomo grita ¡Viva la Virgen de la Concepción! Y los presentes responden ¡Viva! con el más fuerte de sus gritos.

Comienza entonces la procesión del estandarte por las calles del pueblo acompañado de caballerías y con la luz que generan los escobones encendidos de los presentes, que a la vez entonan canciones y coplas populares usando calderos, sartenes o botellas de anís como instrumentos musicales. El cortejo finaliza de nuevo en la Plaza, donde se pone fin a la batalla de los escobones y el mayordomo hace entrega al párroco del estandarte de la Virgen de la Concepción.

Los escobazos de Jarandilla de la Vera son un ejemplo perfecto para aquellos que quieran vivir de primera mano una tracción popular. Además, la localidad cuenta con un rico patrimonio monumental como el Castillo de los Condes de Oropesa o la Iglesia de San Agustín. Un emplazamiento único para pasear y disfrutar con algunas de las tradiciones populares más singulares de Extremadura. 

Un reportaje de Manasés Sánchez