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La polémica está servida

29 de Abril de 2015

La polémica está servida

En cualquier rincón de nuestra península puedes dar con personas que están atravesando unas circunstancias adversas en su futuro laboral. Lo triste del caso es que haya jóvenes preparados con creces que no tienen perspectivas o están en un largo compás de espera.  La situación  levanta ampollas en casi todos los hogares, sobre todo cuando se reúne la familia a la hora de comer.

Los jóvenes de  hoy en día son los que tienen el futuro más incierto. Y cuando la historia te golpea de cerca, porque los tienes sentados a tu mesa, comiendo de tu sueldo, hablando de oportunidades que, mes tras mes, se van demorando o, tal vez, escuchándoles cómo se diluyen sus ilusiones, se vuelve angustiosa la espera;  sobre todo, para ellos, que nos lo cuentan con sus razones: “Las oposiciones se han puesto imposible para los maestros...” Eso ya lo sabemos, y desde hace tiempo.

Ahora, incluimos, a los mayores de treinta años que tienen que seguir estudiando por exigencias profesionales; músicos que acaban el superior, con todo el esfuerzo del mundo, después de quince o veinte años de estudios y, no siendo suficiente, se ven obligado a hacer algún postgrado para ser tomados en serio. Muchos tienen que salir al extranjero con el fin de seguir estudiando, antes era un año, ahora van siendo dos; paulatinamente se va aumentando las exigencias: se habla de un alto nivel de inglés,  un B2 para poder opositar...”

Cuando estas eminencias acaben, ya no serán tan jóvenes; y bien seguro, que tampoco serán suficiente sus estudios porque, cada vez que salen las oposiciones, lo hacen con unas bases cada vez más exigentes y, casi siempre, programadas meses antes de salir las votaciones, con el fin de dar una oportunidad a estos monumentos de hombres. Otra cosa sería tener la suerte de aprobarlas y más aún obtener plaza... sea como sea, la polémica está servida y, creo que en demasiados hogares españoles.

Así están las cosas. Tras el primer envite te planteas digerir el segundo, no menos duro: ¿De quién es la culpa? ¿A quién achacamos esta situación: al gobierno o al desgobierno? ¿A la crisis que padecemos dentro y fuera  de España? ¿A los políticos de turno?...  Hoy tienen la culpa unos y, mañana, bien seguro, si no la tienen, se la echaremos a otros: al creciente paro, subidas de impuestos... (“meteremos todos los interrogantes en un saco para no volvernos majaretas”).

Mientras se arregla la situación, nuestro país se vuelve cada día más deprimido e inculto; afortunadamente, todavía sigue habiendo promesas que esperan ser reconocidas o, al menos, tener una oportunidad de demostrarlo aunque nadie es profeta en su tierra, eso ya lo dijo un tal Jesucristo cuando explicaba la ley en la sinagoga de Nazaret.

Por no ir más lejos de Badajoz, tenemos un ejemplo muy concreto con el caso del pacense Juan Berjano Berjano, uno de los instructores del gimnasio Fitness 54 Spa que cuenta con tan sólo 12 Títulos Mundiales y 78 trofeos en Artes Marciales.

Sería fácil hablar largo y tendido: como profesional es un magnífico deportista. Recientemente ha ido con su grupo, en representación de Badajoz, a los Mundiales Wac Pro Portugal 2015 (celebrados en la localidad portuguesa de Vagos los días 27,28 y 29 de marzo). Esta competición contó con 3856 atletas (desde los 4 años de edad hasta los 76 años) que representaron 36 nacionalidades y  493 organizaciones de diferentes estilos. Representantes de países como Rusia, Alemania, Italia, Francia, Bélgica, Países Bajos, Eslovaquia, República Checa, Portugal, Luxemburgo, Suiza, Croacia, Kosovo, Uruguay, Venezuela, Estados Unidos, Líbano, Kuwait, Malasia, China, Hawaii,

Marruecos, Argelia, Senegal, Nigeria, Irán, Afganistán, Pakistán, Rumanía, Inglaterra, Uganda e India, y, claro está, a España, país que abanderaban, obteniendo 30 medallas entre 8 competidores: 1 Oro, 4 Platas y 25 Bronces. Más  o menos así comentaba, Juan Berjano por las redes sociales: “¡Somos únicos en Extremadura, ¡Brutales! ¡Toda una proeza!”

Un joven soñador, este Juan Berjano, vital, emprendedor; simpatiquísimo donde los haya. Además de llevar una trayectoria laboral impecable, existe en él una lucha de superación constante reivindicando un mínimo apoyo: “Por lo que tristemente he podido ver, es que todos los equipos en el Mundial tienen ayudas de sus Ayuntamientos y Administraciones, pero nosotros no, y eso que representamos a Badajoz y a Extremadura. Es triste, creedme, muy triste. Badajoz tiene unos grandes embajadores de Artes Marciales Juan Berjano, pero somos el único gran equipo de España que no les apoya su Ayuntamiento... ¡Triste!, me siento triste”.

Pues cálmate querido Juan, la cosa va para largo: hay muchos jóvenes igual que tú, aunque no estén deportivamente tan especializados... (“mal de mucho consuelo de tontos”). 

No nos engañemos: cualquier padre se ha planteado en algún momento el futuro de sus hijos, incluido el de cualquier joven promesa. La pena es que empezamos a ver normal que, profesionales como la copa de un pino, tengan que pensar constantemente en poner los ojos fuera de España: quizá no haya un buen futuro para la persona que pretenden realizarse en su país (“será porque con esto de que nadie es profeta en su tierra”).

Si deciden quedarse, tendrán que ajustarse a los viejos tiempos, aceptar que el hombre retroceda, incumplir las ilusiones de los jóvenes por faltas de perspectivas, políticas, económicas, sociales, etc.  Y mientras Juan, con su alegría chispeante, nos rebasa o nos golpea la consciencia: "Ha sido una gran hazaña deportiva en el que una vez más, y como siempre sucede, el pabellón extremeño está en lo más alto, en el panorama mundial marcial", relataba el club en un comunicado.

La cuestión es bien sencilla, haya reconocimiento o no para estos jóvenes promesas de hoy en día,  sea cual sea el/la  señor/a  que gobierne por derecho; el político de turno cobra o cobrará su sueldo a final de mes como justo reconocimiento a su trabajo, mientras en España se nos pasa el arroz –ajustándonos a los tiempos o retrocediendo–, la juventud instruida o con ganas de abrirse horizontes, se nos marcha fuera y con ella se embarcan o embargan por un tiempo las ilusiones..., de cualquier forma la polémica, en cada casa, y en cada caso, está servida.