17 Abril 2024
2 . 054 . 114 lectores

OPINIÓN: Musealizar la ignominia

21 de Septiembre de 2021

OPINIÓN: Musealizar la ignominia

 

A tenor de los recientes artículos y declaraciones publicadas en distintos medios sobre los hallazgos del Campillo, rubricadas por un cronista, dos políticos y otros aficionados entusiastas de la historia, puesto que nosotros somos residentes en esta zona marginal, y parte afectada directamente por un proyecto enquistado desde hace más de 20 años, venimos a hacer nuestra valoración de este drama. Hay una intrahistoria que también debe ser contada, aunque escueza, porque es de justicia.

 

Ha de ser profana nuestra opinión sobre la importancia arqueológica del yacimiento, como seguramente lo es la de los oradores anteriores -corríjannos si no fuere así-, quienes se han entregado con pasión al veredicto y la resolución en firme, asumiendo sin pudor y con carácter preventivo el papel de arqueólogos y expertos en Patrimonio.

 

Es por eso que, en cuanto al valor monumental de una forja de finales del siglo XIX, unos pocos y rudimentarios enterramientos en la zona baja, cimientos de algunas habitaciones de un antiguo matadero del XVIII y ochenta silos -lo más añejo del erial, pero que no dejan de ser, para que nos entendamos, agujeros de cualquier tamaño excavados en roca-, preferimos ceñirnos al informe arqueológico elaborado por los técnicos de la materia, quienes han empleado en la faena 5 meses de trabajo en 6.635 metros cuadrado de excavación y cerca de 350.000 euros del erario público; y a la resolución de Patrimonio. La sensatez parece indicar que es adecuado confiar en el dictamen de los que saben y se formaron para ello. Apliquemos el sentido común entonces.

 

<<La roca madre está tan elevada que han ido destruyendo para volver a construir encima>>. Estas palabras son de Miguel Sabastro, director de la excavación. Dicen que salió espantado junto a su personal, malagueños ellos, por lo kafkiano del lodazal con el que se han encontrado (no hablamos de tierra). Dicen que no volverán.

 

Y es que no ha sido suficiente con las visitas guiadas que el ayuntamiento de Badajoz, en un inusitado ejercicio de transparencia, brindó a colectivos y asociaciones interesadas en los restos. Al frente, como guías turísticos, los arqueólogos explicaban lo aparecido -de poca entidad presumiblemente, o así entendimos- y respondían a todas las cuestiones planteadas. Tanto debió gustar que algunos han repetido visita, cuando no han tenido el honor de recibir un tour individual.

 

Pero, como decimos, no ha sido suficiente este ejercicio de transparencia para, como poco, llamar a la prudencia en las declaraciones, máxime cuando este proyecto maldito, infectado, ha supuesto para unos 20 años de licenciatura sobre cómo huele y suena un fumadero, y a otros, en el peor de los funestos destinos, les arrebató el hogar y hasta la salud. Es a éstos a quienes ahora deberían explicar los agoreros de la piedra que las casas que levantaron con sudor padres y abuelos se tiraron, por cuatro duros, para preservar unos agujeros.

 

He ahí el drama. La rehabilitación de este barrio no vendrá por poner cartelería a unos cimientos someros, viejos o no, y que a la postre acabarán convertidos -como ya lo son- en salón de fumar para toxicómanos. La rehabilitación auténtica llegará con la repoblación de una zona devastada por kilómetros de propiedades deshabitadas (más de 28.000 metros cuadrados en planta); llegará de la mano de familias, de pequeños jugando en las calles en un ambiente sano. Llegará con el futuro que supone la nueva vida, no con el dudoso y posiblemente maquillado recuerdo del ayer.

 

Mientras, la Alcazaba arde, la Trinidad es hostal de drogadictos, las ermitas del Rosario y la Consolación se desmoronan, el Metido es un cubil de diablos, las torres y San Cristóbal permanecen cerrados y polvorientos, el molino de los Moscosos es refugio de sin techos y el Provincial sigue sin servir a nadie. Si habrá banderas que sostener y campos que batallar…. Si habrá piedras que llorar.

 

POR:

Luis Pacheco – portavoz de SOS Casco Antiguo

Javier Fuentes – presidente de la AAVV del Casco Antiguo