28 Marzo 2024
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OPINIÓN: Por un año 2021 para una vida digna

25 de Diciembre de 2020

OPINIÓN: Por un año 2021 para una vida digna

Las consecuencias sociales de la pandemia del Covid-19, el desempleo y la pobreza, se están desbocando y afectan a un número creciente de personas en Extremadura.

Según los datos estadísticos el paro sobrepasa ya ampliamente las 100.000 personas, con unos porcentajes superiores al 21% de la población activa, que en el caso del paro juvenil son superiores al 40%.

Las previsiones económicas y sociales nos anticipan un horizonte preocupante en el que la exclusión social y la pobreza severa se extenderán con rapidez entre la población extremeña. Además, la tramitación de las prestaciones, subsidios, ayudas sociales y el Ingreso Mínimo Vital que pudieran paliar en cierta medida la situación, están paralizados o transcurren a una lentitud infinita.

Las administraciones públicas, estatal y regional, aunque tienen recursos más que suficientes no tienen el mínimo interés en aumentar los presupuestos destinados al gasto social, mostrando de este modo el desprecio, el odio a las personas pobres y dejando que familias con una pobreza severa permanezcan en la exclusión social.

El presidente Vara debe descansar de tantos altos vuelos, reuniones y diálogos nunca concluidos, para “bajar a tierra” y solucionar los problemas de muchos extremeños y extremeñas que lo están pasando muy mal.

Los presupuestos regionales para el 2021 no ofrecen muchas esperanzas en el presente y en el futuro. Las políticas sociales reducen su ámbito público de acción y se encaminan con rapidez a lo que ahora se denomina colaboración público-privada, o lo que es lo mismo que decir que el dinero lo ponen las administraciones públicas y los beneficios se los llevan las empresas privadas.

Las cuentas regionales se centran en la promoción de lo privado, en la sanidad, la educación o en la dependencia. Los presupuestos para el empleo se orientan especialmente a las subvenciones y ayudas empresariales.

En resumen, el señor Vara y el PSOE aceptan como algo normal que se intensifique la privatización de los servicios públicos de la Comunidad, y que nada cambie para detener el crecimiento de la pobreza y la precariedad.

A todo esto contribuye la desmovilización de la clase obrera promovida mediáticamente desde los poderes políticos aprovechando adicionalmente el miedo a la pandemia y gracias a la inoperancia y subordinación a los poderes institucionales de las direcciones de los sindicatos más importantes de la comunidad extremeña.

Desde los movimientos sociales Campamento Dignidad y Mérida Solidaria tenemos la firme voluntad y el compromiso irrenunciable de seguir trabajando para construir solidaridad, para pelear contra estas políticas antisociales que merman los derechos humanos imprescindibles para una vida digna y de bienestar.

Muchas son las reivindicaciones que nos obligan desde una Reforma Agraria que transforme todo el panorama económico y social de Extremadura hasta cuestiones que a corto plazo solucionen las necesidades más básicos y urgentes de amplias capas de la población como el empleo, la regularización de inmigrantes pasando por la defensa de la sanidad pública, la renta básica de emergencia, el pago del desempleo y el subsidio a las trabajadoras del hogar, etc.

POR: Campamento Dignidad.