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OPINIÓN: Una España que prospera en la extrema pobreza

12 de Febrero de 2020

OPINIÓN: Una España que prospera en la extrema pobreza

Visitó nuestro país esperando poder dar buenas noticias y finalizó su viaje después de pasar por Madrid, Galicia, País Vasco, Extremadura, Andalucía y Cataluña con las peores nuevas que nos podían traer. Vivimos en una España que le falla por completo a las personas que viven en la pobreza, cuya situación se enmarca dentro de las peores de toda la Unión Europea.

Esta es la conclusión del Relator Especial de la ONU sobre la extrema pobreza que existe en nuestro país. En un país que prospera económicamente dejando detrás a miles de personas sin un techo bajo el que cobijarse.

No hay más que ver a Extremadura, a los datos del paro y de la pobreza, datos en los que somos líderes de España, informes que reflejan el sin vivir de tantos y tantos de nuestros vecinos y conciudadanos.

Políticas económicas que benefician a las empresas y a los ricos. En el lado contrario los menos privilegiados han de lidiar con servicios públicos fragmentados que sufrieron serios recortes después de 2008 y nunca se restauraron.

En 2018, el 26,1% de la población en España, y el 29,5 por ciento de los niños, se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social. Más del 55% experimentó algún grado de dificultad para llegar a fin de mes y el 5,4% sufrió privación material severa. La tasa de desempleo del 13,78% es más del doble de la que presenta la media de la UE, y ha sobrepasado el 30% para los menores de 25 años. Así lo recoge el comunicado presentado por el relator de la ONU.

Datos que nos deberían hacer pensar al punto que hemos llegado, los valores que hemos perdido, la falta de solidaridad, avaricia y sentido común. Hemos dejado de ser humanos para ser peones de una sociedad cuyo único objetivo es ‘apañar’ dinero para su bolsillo.

Somos víctimas pero también verdugos. Los primeros en quejarnos y los últimos en ayudar. Aunque como en todo, las generalizaciones son malas.

¿Qué hay de nuestros paisanos que viven con cortes de luz, o sin agua? ¿Qué hay de los que no llegan a final de mes o dejan de comer para darles algo a sus hijos? ¿Qué hay de los que son sancionados por robar una barra de pan para comer y de aquellos que roban millones y no pisan una prisión? Da que pensar, ¿qué les interesa a los que nos han gobernado y gobiernan para no hacer nada? ¿Qué les mantiene discutiendo en una sala cómodamente en vez de apoyarse para sacar este país adelante?

Son miles las preguntas y muchas las respuestas. "Los formuladores de políticas les han fallado en gran medida a las personas que viven en la pobreza, y los derechos sociales rara vez se toman en serio. La vivienda de bajo coste es casi inexistente y el sistema para brindar asistencia social está quebrado, es imposible de navegar y hace que las familias acaudaladas se beneficien más de las transferencias de efectivo que las familias pobres. Mientras tanto, las empresas están pagando la mitad de los impuestos que antes de la crisis a pesar de registrar fuertes beneficios", indican desde la Organización de las Naciones Unidas.

Es triste que la imagen que demos sea el de un país fragmento, una nación a la que Alston, el relator, ha visitado llegando a una conclusión: "He visto lugares que sospecho que muchos españoles no reconocerían como parte de su país". "Un barrio pobre con condiciones mucho peores que un campamento de refugiados, sin agua corriente, electricidad ni saneamiento, donde los trabajadores inmigrantes llevan años viviendo sin ninguna mejora en su situación. Vecindarios de pobreza concentrada donde las familias crían niños con una grave escasez de servicios estatales, clínicas de salud, centros de empleo, seguridad, carreteras asfaltadas o incluso suministro eléctrico legal".

Abandonados. Abandonados a su suerte. Y por desgracia esta palabra, esta definición, estas reflexiones y conclusiones no son desconocidas para los extremeños. Quiénes mejor que nosotros mismos para definir con claridad qué es la pobreza, el aislamiento, la falta de recursos.

Una cosa esta clara, tal y como dice Alston, "la pobreza es en última instancia una decisión política, y los gobiernos pueden, si lo desean, optar por superarla". En Extremadura seguiremos a la espera.