31.000 sanitarios infectados. Muchos necesitarán ayuda para evitar secuelas emocionales
24 de Abril de 2020
Según datos del Ministerio de Sanidad, el número de sanitarios afectados por la COVID-19 supera los 30.000. Además, cada vez más expertos y sociedades médicas como la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), están advirtiendo sobre las repercusiones emocionales y psicológicas derivadas de estar "en primera línea de batalla" durante la crisis sanitaria.
A falta de un análisis o una evaluación oficial respecto al impacto emocional de esta situación en los sanitarios, han adoptado como referencia un estudio realizado en China con más de mil profesionales de la salud que participaron en el manejo de la pandemia en este país.
Los resultados reflejan que más del 50 % presenta síntomas de depresión; el 45 % afirma sufrir ansiedad y un 35 % tiene problemas de insomnio.
En la misma línea, la Fundación Galatea (creada por el Colegio de Médicos de Barcelona y que ofrece atención a los profesionales de la salud) estima que el 45 % de las consultas que están recibiendo se deben a casos de ansiedad y estrés ante el riesgo de contagio y el miedo a enfermar, a contagiar a su entorno familiar y a tener que abandonar su labor en caso de caer enfermos.
INCERTIDUMBRE, CANSANCIO Y ESTRÉS MANTENIDO
"Al igual que el resto de la población, los profesionales sanitarios han tenido que enfrentarse a la falta de experiencia previa ante la crisis de la COVID-19, que no se parece a otras situaciones que hayamos vivido. Eso genera miedo e incertidumbre, y puede dar lugar a una sensación de pérdida de control", explica Alba Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
Otro factor clave es la falta de recursos. "Se habla mucho de los medios materiales (los EPI o equipos de protección individual), cuya carencia aumenta incuestionablemente la frustración, genera una mayor preocupación y promueve el miedo al contagio, pero la falta de medios técnicos puede ser incluso más importante", señala Alba Pérez.
AYUDA E INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA: CUANTO ANTES, MEJOR
Ambas expertas coinciden en destacar la necesidad de que los sanitarios reciban ayuda psicológica en el momento actual, mientras están haciendo frente a la gestión de la pandemia, ofreciéndoles estrategias adaptadas a esta situación.
La falta de recursos psicológicos genera dificultad de afrontamiento, sufrimiento, estrés y emociones como la impotencia, la desesperanza, la ansiedad y la angustia, que impactan en el cuerpo y en la mente y que pueden convertirse en trastornos traumáticos.
"Contar con el acompañamiento de un equipo especializado facilitará que los recursos que los profesionales integran para afrontar la situación sean más adaptativos y positivos", explica Mireia Cabero.
Además, Cabero describe qué tipo de perfiles personales pueden ser más vulnerables a los efectos negativos de esta situación: "las personas menos resilientes, aquellas con menor autonomía emocional o menor madurez, así como los profesionales con menor recorrido profesional o que estén atravesando un momento vital delicado".
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