Cebos envenenados en Extremadura: "Esperemos no tener que lamentar ninguna muerte humana"
29 de Diciembre de 2025
Cebo localizado por el Seprona | Manuel Calderón
La presencia de venenos letales en espacios naturales de Extremadura ha sido un problema presente a lo largo de los años. Según datos recogidos por el Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura (FONDENEX), "entre el inicio de los años 90 del siglo XX y hasta casi 2020 han sido encontrados muertos casi 25.000 animales silvestres", muchos de ellos pertenecientes a especies protegidas y de gran valor ecológico.
El Aldicarb, un carbamato sintetizado en 1965, encabeza la lista de sustancias detectadas. Se trata de un compuesto "altamente tóxico, con gran capacidad de contaminación del subsuelo, pozos y acuíferos, lo que implica un riesgo directo para la población a través de productos vegetales. Ya existen precedentes: “como sucedió con las sandías en California, donde se intoxicaron más de 2.000 personas”.
Junto a él se han identificado otros venenos como anticolinesterásicos, que "inhiben la acetilcolinesterasa y pueden emplearse como gas neurotóxico en guerras químicas" y carbofuranos, una sustancia que "en Kenia se utiliza para matar leones" y cuyo impacto alcanza también a seres humanos.
ESPECIES EN PELIGRO
Entre las especies afectadas en Extremadura, destacan 75 milanos reales, 52 buitres negros y hasta seis ejemplares de águila imperial ibérica, una de las aves más amenazadas del planeta. La lista continúa con cigüeñas negras, linces ibéricos, águilas reales y perdiceras. A la cabeza, el buitre leonado, "el carroñero por antonomasia".
Las investigaciones realizadas entre 2000 y 2018 suman más de 1.500 casos sospechosos, de los cuales "casi 640 se certificaron como positivos" y más de 300 quedaron en situación dudosa por deterioro de muestras, lo que eleva la sospecha de que "dos tercios podrían deberse a tóxicos".
Las zonas más conflictivas se concentran en espacios de alto valor natural, como son Villuercas, Sierra de San Pedro, La Siberia, el término municipal de Mérida, "donde más cebos se utilizan, con casi 90.000 hectáreas afectadas" y el entorno del Parque Natural de Cornalvo y el Guadiana Internacional.
NORMATIVA INSUFICIENTE
Respecto a esta problemática existen marcos legales que, según señalan desde FONDENEX, "están muy bien, pero en la práctica dejan bastante que desear". La Orden de 27 de marzo de 2015 aprobó la estrategia extremeña contra el uso ilegal de cebos, incluyendo la especialización de dos Agentes del Medio Natural por cada UTV y formación específica para el resto. Sin embargo, según los conservacionistas, "esto no se ha llevado a cabo todavía por la Junta de Extremadura".
Además, apuntan que "el único equipo cinológico de la Junta de Extremadura (perros adiestrados para detectar este tipo de sustancias) ubicado en Sierra de Fuentes, sigue inoperativo, por lo que es muy difícil detectar la utilización de estos potentes venenos".
DENUNCIA SIN RESPUESTA
FONDENEX asegura haberse dirigido dos veces a la Presidencia de la Junta de Extremadura, que "ha confirmado la remisión de la denuncia a las consejerías implicadas". Sin embargo, "estas no han contestado hasta el momento". La Delegación del Gobierno también fue informada con el mismo resultado. "Contestación: silencio".
FONDENEX alerta de que la situación trasciende la conservación animal y roza un problema de salud pública: "Confiemos en que no haya que lamentar ninguna muerte de personas. Nadie podrá decir que no sabía el problema", manifiestan, y advierten que "mirar para otro lado podría ser un delito de omisión".
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