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Cultura

El MUBA rescata la obra de uno de los grandes del costumbrismo extremeño

Cultura

9 de Octubre de 2015

El MUBA rescata la obra de uno de los grandes del costumbrismo extremeño

Hasta el próximo 10 de enero de 2016 puede visitarse en el Museo de Bellas Artes de Badajoz, MUBA, la exposición pictórica de José Bermudo Mateos (1853-1920).

El acto inaugural, celebrado ayer por la tarde, contó con la presencia de Cristina Núñez, diputada-delegada del Área de Cultura de la Diputación; Mª Teresa Rodríguez, responsable del MUBA y comisaria de la exposición; la autora del catálogo sobre la muestra y el artista, Yolanda González Muñoz; y un público asistente a la primera actividad expositiva que celebra la pinacoteca desde su inauguración tras las obras de ampliación.

La muestra, compuesta por 42 obras, ocupa dos plantas, la baja y la primera, del edificio de exposiciones temporales con entrada por la calle Pizarro.

Un par de cuadros han sido sustituidos por reproducciones fotográficas debido al tamaño de los lienzos, difíciles de encajar en las nuevas salas expositivas.

Academicista, descriptivo, entrañable, cotidiano, bucólico, sereno, brillante…son algunos de los calificativos utilizados para definir su personalidad.

A estos habría que añadir el de desconocido, tal y como sostiene Teresa Rodríguez: “es poco conocido en su tierra a pesar de pertenecer a la generación de nuestros pintores extremeños más reconocidos del XIX”.

Ese desconocimiento puede deberse a la salida temprana de Extremadura rumbo a Madrid, sus viajes por Europa, Centro América y Norte América, y a la dispersión de sus cuadros, parte de ellos fuera de España, circunstancia que ha dificultado reunir las 42 obras que componen la muestra.

Varias de ellas forman parte de la exposición permanente del museo. Otras provienen de los fondos de la Diputación de Cáceres, el resto de préstamos particulares y de otros museos.

“Pueden parecer pocas -añade Teresa-, pero son sin embargo las únicas obras localizadas del pintor, exceptuando los óleos conservados en museos de San Francisco y Chicago, además de otros en una colección particular en Buenos Aires”.

Para acercarlo al público se ha gestado esta exposición tras año y medio de preparativos con el entonces director Román Hernández a la cabeza.

La recuperación de artistas extremeños, primando los pacenses, es una de las señas de identidad del MUBA. Cristina Núñez lo describe como “noble tarea que conlleva una profunda labor de investigación, lo que nos permite conocer páginas de nuestra historia que, probablemente, se perderían si no fuera por cometidos como este”.

Vivió Bermudo la transición del academicismo a la modernidad, participando, como resalta Rodríguez. “de la obra de género y costumbres, pinta paisaje del natural, refleja el realismo social y practica el retrato, fórmulas que avanzan por la aparición de una fuerte burguesía”. No olvidó la pintura religiosa ni romántica.

Participa en las exposiciones nacionales de bellas artes hasta en diez ocasiones. Y hasta en tres ocasiones solicita una beca a la Diputación de Cáceres que nunca se le concedió. “Esto no amilana al artista -precisa la comisaria de la muestra-, que vendiendo su propia pintura conseguirá viajar a Italia y Francia”.

El Museo de Bellas Artes de Badajoz , en esta última década, ha adquirido tres obras del pintor y gestionado dos depósitos del Museo del Prado.

Antes de dar por inaugurada la muestra, la diputada provincial agradeció la colaboración de los propietarios particulares, de la Diputación cacereña y de los miembros de la Asociación de Amigos del MUBA , “que de manera altruista cumplen la importante función de ser puente entre el museo y la sociedad”.

José Bermudo Mateos nace en1853 en el arrabal de Huertas de Animas, a dos kilómetros de Trujillo. Fue alumno de la Escuela Superior de Pintura de Madrid, presentándose frecuentemente a las Exposiciones Nacionales desde 1876. Pertenece a esa fructífera generación de pintores de transición dentro de la vorágine de las tendencias de gustos privados y oficialidad que transita hacia la modernidad y que, partiendo de temáticas costumbristas, participan del retrato, el paisaje, la grandilocuente pintura de historia e incluso de la religiosa.

Pintor esencialmente romántico y costumbrista, con un lenguaje figurativo y dentro del realismo decimonónico, consiguió ciertas calidades por su capacidad de dibujante y suficiente práctica académica. Con el cuadro “¡Vaya un par!” fue condecorado con la Cruz de Caballero de Isabel la Católica.

Participa de momentos cargados de anécdotas y no libres de un cierto sentido pícaro en muchas ocasiones. El MUBA conserva la obra “Los hijos de Antonio Pérez ante Rodrigo Vázquez”, depósito del Museo del Prado.

El horario para visitar la exposición será de martes a domingo (ambos inclusive) de 10:00 a 14:00 horas y de martes a sábado de 16:00 a 20:00 horas.

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