Lori Meyers deja su "impronta" en el STONE&MUSIC Festival
15 de Junio de 2025
La iluminación del Teatro Romano de Mérida, minutos antes de comenzar el concierto, ya presagiaba que lo que estaba a punto de suceder sería una experiencia única. Y, como de costumbre, no defraudó. Lori Meyers ofreció un concierto inolvidable en el que música, emoción y patrimonio se fundieron en una noche mágica.
Pasó la cuenta atrás reflejada en el escenario, el graderío se transformó en un espacio de disfrute colectivo desde el primer acorde de "Hacerte volar", y no dejó de vibrar hasta el estallido final de "Alta fidelidad", un cierre apoteósico para una velada que ya forma parte de la memoria del STONE&MUSIC Festival.
Desde el inicio, la energía fue contagiosa. Decenas de voces corearon los primeros versos, las manos se alzaron y los cuerpos se dejaron llevar por los ritmos que han marcado a toda una generación. Fue una comunión perfecta entre banda y público, un vínculo que se reforzaba con cada tema.
"Estamos en Mérida por primera vez después de 20 años, perdonad que no hayamos venido antes; estamos en un enclave único", confesó Noni en uno de los momentos más cercanos de la noche, dirigiéndose a un público entregado.
El escenario, arropado por las columnas milenarias del monumento emeritense, cobró vida con la potencia sonora del grupo granadino, realzada por una espectacular iluminación y proyecciones visuales en pantallas que teñían la escena de nuevos colores en cada canción. Los acordes de himnos como "Planilandia", "Primaveras", "Impronta", "Luces de neón" y "Tokio ya no nos quiere" desataron la euforia general, mientras el público cantaba, vibraba y se dejaba llevar por la emoción. Uno de los momentos más mágicos llegó con "Luciérnagas", cuando Noni pidió a los asistentes que encendieran las linternas de sus móviles, creando un cielo de luces en las gradas que añadió aún más belleza al entorno.
No hubo lugar para la indiferencia: se bailó, se celebró, y también se evocaron recuerdos compartidos, con canciones que han sido la banda sonora de muchas vidas, como "El tiempo pasará" o "Mi realidad".
En la recta final, el público lo dio todo con "Emborracharme", que desataron la fiesta colectiva antes de poner el broche de oro con "Alta fidelidad", cerrando una noche de emoción, belleza y comunión musical.
Antes del inicio del concierto, Miguel Ángel Mendiano, director general de Extremadura Avante, hizo entrega a la banda, en nombre de Alimentos de Extremadura, de la Stone M, la estatuilla que el STONE&MUSIC Festival otorga a los artistas que participan en cada una de las ediciones del festival de música. El objetivo de Alimentos de Extremadura con su apoyo a este festival es unir conceptos como la esencia de Extremadura, el patrimonio y la música.
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