Dormir de forma diferente en Extremadura: tres experiencias para recordar
15 de Septiembre de 2025
Fot. Finca El Cortiñal Bubble Experience
En Extremadura, la Naturaleza y la autenticidad se unen para ofrecer estancias que van mucho más allá de un simple alojamiento. Aquí, dormir se convierte en parte de la aventura, y cada despertar tiene como telón de fondo paisajes únicos. Desde el frescor de un valle repleto de cerezos, hasta el silencio de una dehesa salpicada de encinas, o la inmensidad del cielo estrellado en plena frontera con Portugal, cada rincón invita a vivir momentos irrepetibles.
Hemos seleccionado tres propuestas que muestran el lado más original y emocionante de pernoctar en esta región. Una yurta mongola en el Valle del Jerte para conectar con el entorno, una burbuja panorámica para contemplar la bóveda celeste sin moverte de la cama y un chozo tradicional de pastores para saborear la vida de campo.
Yurtas en el Valle del Jerte
La yurta es una vivienda circular tradicionalmente usada por los pueblos nómadas de Mongolia y Asia Central. Su estructura de madera cubierta con fieltro o lona crea un espacio acogedor y resistente, pensado para soportar climas extremos. En los últimos años, se ha convertido en un alojamiento de turismo alternativo, perfecto para quienes buscan una estancia íntima, cómoda y con un fuerte vínculo con la Naturaleza.
Dormir en una yurta en el Jardín de Delizias significa despertar entre cerezos y sentir la montaña muy cerca. Durante el día, puedes recorrer senderos que llevan a cascadas escondidas o seguir el curso de gargantas cristalinas que refrescan el verano. También es posible practicar piragüismo, adentrarse en bosques teñidos de flores en primavera o disfrutar de noches de astroturismo, con cielos tan claros que cada estrella parece al alcance de la mano.
Fot. El Jardín De Las Delizias
Hotel burbuja en la frontera con Portugal
Un hotel burbuja es un alojamiento singular en el que la habitación se encuentra dentro de una estructura transparente y esférica. Su gran atractivo es la posibilidad de dormir bajo las estrellas sin renunciar a la comodidad de una cama y un entorno cuidado. Está pensado para quienes desean disfrutar del cielo nocturno, los amaneceres y atardeceres como si fueran parte de la propia habitación.
En la Finca El Cortiñal, cada jornada es un homenaje a la tranquilidad. Al amanecer, puedes comenzar con un paseo en bicicleta por caminos rurales entre alcornocales, deteniéndose a escuchar el silencio. La tarde se presta a explorar el Alentejo cercano o degustar productos locales, y la noche regala el momento más esperado: tumbarse y mirar cómo el cielo se llena de estrellas, sin más techo que la cúpula transparente de tu burbuja.
Chozos tradicionales en la dehesa extremeña
El chozo es una construcción de piedra o materiales vegetales, típica de la vida pastoril en varias zonas de la península ibérica. Servía como refugio para pastores y agricultores, ofreciendo cobijo en medio del campo. Su forma circular y techo cónico lo hacen resistente y funcional, y en la actualidad, algunos han sido rehabilitados para el turismo rural, conservando su esencia.
Alojarse en estos antiguos refugios pastoriles en las Flores de la Dehesa es sumergirse en la esencia rural de Extremadura. Por la mañana, el entorno se descubre ideal para caminar entre encinas, seguir huellas de fauna o acercarse a las orillas del embalse de Borbollón. Al final del día, volver al chozo significa encender una pequeña hoguera exterior, dejar que el olor de la tierra se mezcle con el de las hierbas y contemplar un cielo nocturno limpio y sereno.
Fot. Chozos Las Flores de la Dehesa
En Extremadura, cada uno de estos alojamientos es más que un lugar donde pasar la noche: es una puerta abierta a experiencias que conectan con la tierra, el cielo y el ritmo pausado de la vida. Tres formas distintas de dormir, pero todas con la promesa de que cada amanecer será tan especial como el día que lo precede.