OPINIÓN: El Campeonato de Extremadura de Doma Clásica que destapó algo más
22 de Octubre de 2025
Facebook Sociedad Hípica Lebrera Badajoz
Hace apenas unas semanas, el Director General de Deportes de la Junta de Extremadura, Santiago Amaro Barril, en el cargo desde agosto de 2023, se mostraba exultante en la Asamblea regional: "Hoy Extremadura es reconocida como ejemplo de buenas prácticas y se sienta en los foros más importantes del deporte a nivel nacional para compartir nuestro modelo. Extremadura es la comunidad autónoma que más ayuda a las federaciones deportivas extremeñas mediante la subvención nominativa para el fomento y desarrollo de los hábitos de vida saludables, con un total de 4.446.800 euros destinados directamente al fortalecimiento del tejido federativo".
Un discurso optimista y triunfal que contrasta con la realidad que viven muchos deportistas y clubes.
Especialmente en el ámbito de la hípica, donde lo que debía ser un campeonato autonómico de doma clásica, ha terminado por destapar un problema estructural de transparencia y legalidad federativa.
El Campeonato de Extremadura de Doma Clásica, celebrado recientemente, debía ser la cita más importante del calendario autonómico.
En la práctica, se convirtió en un desfile de improvisaciones: jueces ausentes, resultados discutidos durante días, clasificaciones que cambiaban sin explicación, desigualdades en los criterios de participación y decisiones aleatorias sobre la conformación de los equipos.
Pero lo más preocupante no estaba en la pista. Lo grave se escondía detrás de la organización: el reglamento bajo el que se estaría compitiendo no había sido ratificado ni publicado.
REGLAMENTO FANTASMA
Según afirmó el director del concurso, el campeonato se celebró "bajo el reglamento de 2022", el mismo que se aplica desde entonces hasta hoy, reconociendo un uso continuado del mismo, sin haber sido modificado ni publicado oficialmente:
Este documento no figura publicado en la web de la Federación, ni en el Diario Oficial de Extremadura (DOE), ni consta aprobación por parte de la Asamblea General, como exige la ley.
QUÉ DICE LA LEY
El Decreto 27/1998, del 17 de marzo, por el que se regulan las Federaciones Deportivas Extremeñas, establece que toda norma federativa, incluidos los reglamentos técnicos o de competición, debe ser aprobada por la Asamblea General y publicada oficialmente, garantizando el acceso de todos los federados a su contenido.
La Junta de Extremadura, por su parte, exige que las pruebas de los programas JUDEX-JEDES se desarrollen bajo reglamentación oficial y validada. Nada de eso se cumple.
El reglamento 2022 de la Federación Hípica Extremeña no ha sido publicado nunca, y, sin embargo, sigue todas las competiciones autonómicas desde hace tres temporadas, incluyendo las de deporte base.
Este hecho podría implicar irregularidades administrativas o incluso mala aplicación de fondos públicos.
COMPETIR A CIEGAS
La consecuencia es simple y demoledora: sin reglamento oficial, nadie sabe con certeza qué normas están vigentes. Ni los jueces, ni los jinetes, ni los clubes pueden conocer de antemano aspectos esenciales como:
- Si los caballos jóvenes pueden formar parte de los equipos.
- Cuáles son los criterios mínimos de participación.
- Cómo se calculan las clasificaciones.
Todo se interpreta "por costumbre" o "por entendimiento". Y en un deporte tan técnico como la doma clásica, esa falta de seguridad normativa deja cualquier resultado abierto a la discrecionalidad.
En cualquier disciplina deportiva, las normas se publican antes de aplicarse. En la hípica extremeña, parece que se aplican primero y ya si eso, algún día, se publicarán.
TRANSPARENCIA POR WHATSAPP
La opacidad no acaba en el reglamento. Tampoco los resultados se publican oficialmente. En lugar de aparecer en una web de notas o tablón federativo, las clasificaciones se envían por WhatsApp, en un grupo donde incluso hay participantes bloqueados.
Gestionar una federación a través de chats privados no solo es impropio:es incompatible con la transparencia que exige la normativa autonómica.
Todo resultado oficial debe ser público, verificable y accesible a todos los federados, sin depender de quién esté dentro del grupo de mensajería.
REGLAMENTO INVISIBLE EN DEPORTE BASE
El campeonato en cuestión no era solo un evento federado. También servía como final del programa JUDEX-JEDES de doma clásica, el programa de deporte base impulsado por la Junta de Extremadura y financiado con fondos públicos.
Los JUDEX (Juegos Deportivos Extremeños) y los JEDES (Juegos Extremeños del Deporte Especial) son proyectos oficiales dependientes de la Dirección General de Deportes, creados para promover el deporte infantil e inclusivo en condiciones de igualdad.
Para formar parte de ese calendario, toda competición debe desarrollarse bajo reglamentos aprobados y validados por la Junta.
¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO?
Si se demuestra que el reglamento 2022 no fue aprobado ni publicado oficialmente, la Federación estaría:
- Aplicando una norma sin validez en competiciones con subvención pública.
- Emitiendo resultados oficiales y clasificaciones basados en esa norma.
Eso puede implicar:
- Incumplimiento del Decreto 27/1998, que regula las federaciones deportivas extremeñas y exige publicación oficial de los reglamentos,
- Incumplimiento de las bases de la convocatoria JUDEX-JEDES,
- La posible devolución de subvenciones si la Dirección General lo considera una mala aplicación de fondos.
La Federación Hípica Extremeña lleva casi veinte años regida por los mismos. Al parecer, todo ese tiempo, no ha podido aprobar el reglamento actualizado ni implantar un sistema transparente de resultados.
Las decisiones técnicas se tomarían, según varios testimonios, "en reuniones informales". Y las que se toman, no se ratifican oficialmente.
En la práctica, el sistema federativo extremeño funciona más como una red privada de decisiones discrecionales que como una entidad deportiva pública. Un modelo de gestión que contrasta con el discurso institucional de "colaboración, transparencia y excelencia" del que presume la Junta.
LA GRAN CONTRADICCIÓN
Mientras el Gobierno regional presume de invertir más que nunca en el deporte federado, una de sus federaciones más antiguas ni siquiera publica las normas por las que se rige. El resultado es un deporte que depende más de la confianza que de la ley, y más de los grupos de WhatsApp que de los boletines oficiales.
Extremadura presume de buenas prácticas, pero en la hípica los reglamentos no se publican: se reenvían. Y mientras jinetes y caballos hacen su trabajo con precisión, los despachos galopan en sentido contrario.
EL PUNTO DE INFLEXIÓN
El actual Ejecutivo autonómico no puede permitirse mirar hacia otro lado, como ya hizo el anterior. Lo que ocurre en la hípica no es un problema de siglas, sino de permisividad institucional, de una costumbre enquistada de dejar hacer, aunque se incumpla la norma.
Quizá el punto crítico en el que hoy se encuentra este deporte sirva, por fin, para limpiar lo que otros prefirieron dejar bajo la alfombra.