OPINIÓN: ¿Está la Asamblea al alcance de todos los extremeños, o es un club político para ricos?
Asamblea de Extremadura / Archivo 7Días
Diez millones, seis diputados; un diputado, 1.666.667 pesetas
Estas cuentas las usamos porque son, para nosotros, lo más rigurosas posible, aunque no sabemos los gastos de otros partidos para proyectar estos datos sobre el conjunto.
Primeras elecciones autonómicas, 1983. Extremadura Unida consigue seis diputados con un crédito de diez millones de pesetas de Caja Extremadura. Los gastamos todos en las elecciones y conseguimos seis diputados, cinco por Cáceres y uno por Badajoz. Cada diputado nos “costó” 1.666.667 pesetas.
Los candidatos de Extremadura Unida no tenían esos diez millones ni puestos a soñar. Tuvimos la suerte del préstamo sin más garantías que nuestro compromiso a devolverlo. Lo hicimos entre los diez o quince años siguientes. No estaba a nuestro alcance haber conseguido ese dinero por nuestro trabajo. El riesgo no lo valoramos en esa ocasión, podía más la ilusión.
Lo mismo que nos ocurría a nosotros en cuanto al dinero, le ocurriría, pongamos, a un ochenta o noventa por ciento de los extremeños. ¿Quién se arriesga y a quién le dan diez millones de pesetas (o euros) para unas elecciones autonómicas? Hay que estar un poco locos para arriesgarse en esa aventura.
Sugerencias: ¿no se podría conseguir que la democracia pudiera ser asequible para todos? Si no se abarata la participación del pueblo en la política, ¿sería justo considerar que la Asamblea extremeña es un CLUB PARA RICOS, o estar en manos de los que tienen el dinero?
El considerar a la Asamblea de Extremadura como un club para ricos, o locos, no parece la mejor forma para una sociedad auténticamente libre, justa y democrática.
Es probable que cuarenta años después, ya con el euro, para conseguir un diputado sean necesarios cincuenta mil euros. Pero, posiblemente, “para tener la mayoría en la Asamblea requiera un mínimo de veinte o treinta millones de euros”. Si los partidos que se reparten el poder desde la Constitución quisieran dar los datos de su coste, podríamos sacar la conclusión de que la Asamblea de Extremadura tiene que estar en manos de los partidos que pueden manejar esas cantidades, astronómicas para un extremeño “normal”.
No somos economistas ni tenemos en cuenta que, además del dinero, el dominio de la televisión durante todo el año, la prensa, la radio, el poder de legislar, la banca, las aportaciones personales hasta de cien mil euros y el control abusivo de la publicidad y la propaganda de los que tienen el poder, anulan las posibilidades reales del pueblo llano; salvo que se pueda echar en manos de los que tienen el dinero y los medios de propaganda.
La imagen del club para ricos nos viene de una anécdota real. Un club social de clase alta quería dar apariencias de ser democrático y para todos, pero querían, en realidad, un club para gente “pudiente”. Para conseguirlo, si la entrada al club costaba mil euros, la subieron a cinco mil. Operación perfecta, una selección automática en la que solo estaban los pudientes.
Esta misma operación ocurrió en la primera Asamblea de Extremadura. Los seis diputados de un partido regionalista y otros minoritarios, lo consideraba el jefe del PSOE como “un peligro para la gobernabilidad de Extremadura”. De acuerdo con el Partido Popular (izquierda y derecha), se “conjuraron para que no volviera a ocurrir”. Hicieron una ley entre PSOE y PP que subiera el coste por votos para entrar en el club de la Asamblea. Del tres por ciento de los votos, subieron la cuota de entrada al cinco por ciento. Esta ley está vigente y hará falta 2/3 de los votos de los diputados, o el setenta y cinco por ciento, para poder cambiarla. Así blindaron la Asamblea para que no entraran en ella los regionalistas o minoritarios porque serían incómodos para los dos partidos, al no tener dependencia exterior del Gobierno o de otros intereses ajenos.
La operación les ha dado resultado. Es difícil, casi imposible, a los regionalistas o minoritarios poder entrar en el club. La subida de la cuota tuvo los efectos del club de los ricos. Pasaron la cuota de “mil a cinco mil”.
Extremadura lleva cuarenta y ocho años a la cola del progreso en España. No se ha movido de ese lugar. Entre la izquierda y la derecha se ladran, se critican, pero no se muerden. Les viene muy bien esa ley mordaza para el pueblo extremeño. Mejor que los regionalistas no hablen y obedezcan a intereses ajenos. Con los dos partidos tienen la sartén por el mango porque, fuera de Extremadura, el voto extremeño está suplantado por otros intereses distintos y contrarios a Extremadura.
Así, seguiremos eternamente en el último lugar. Los diputados y senadores extremeños no pueden defender a Extremadura ni hablar de sus problemas sin permiso de los que tienen el control. No son libres para defender a su tierra.