Veterinarios y médicos alertan del incremento disparado de garrapatas
Veterinarios y médicos de toda España vienen alertando desde hace tiempo de un aumento de casos de picadura de garrapata en sus consultas. Y no es de extrañar, ya que la población de garrapatas se ha disparado en nuestro país en los últimos años y no para de crecer.
El aumento de las temperaturas a consecuencia del cambio climático es una de sus principales causas. Y las consecuencias de la picadura de este artrópodo pueden llegar a ser fatales. Por ello, desde ANECPLA piden extremar las precauciones y el control de este artrópodo, vector transmisor de enfermedades tan peligrosas para la salud como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, que tiene una mortalidad del 30% sin tratamiento.
“La fiebre hemorrágica Crimea-Congo es endémica de África. Hasta 2013 nuestro país estaba libre de esta enfermedad. Sin embargo, aquel año se diagnosticó el primer caso en España y, desde entonces, se han contabilizado hasta nueve personas afectadas, tres de las cuales fallecieron por este motivo a consecuencia de la picadura de una garrapata”, explica la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta.
Y continúa: “El progresivo aumento de las temperaturas ha convertido a España en un país tan propicio para el desarrollo de las garrapatas como lo es África, por ello su población no para de aumentar en los últimos años. Por ello, es fundamental que se activen los protocolos de control necesarios contra esta especie y que, tanto desde las Administraciones como desde el sector de la sanidad ambiental y los propios ciudadanos, se realicen labores de prevención”.
Las garrapatas habitan por lo general en el campo, donde exista abundante vegetación y presencia de animales. Y es en estos entornos, durante paseos o rutas de senderismo, cuando las personas solemos estar quizás más alerta ante la presencia de estos artrópodos, sin embargo, la directora general de ANECPLA advierte de la importancia de no bajar la guardia en otros entornos de riesgo tales como parques, jardines, piscinas e incluso las playas.
“Es importante que los ciudadanos se conciencien de los riesgos que pueden llegar a suponer las garrapatas y que interioricen que este verano el riesgo no se encuentra solo en el campo, sino que en entornos que tanto frecuentamos ahora en nuestras vacaciones como la playa o la piscina tenemos que permanecer igualmente alertas”.
Por otro lado, insisten desde ANECPLA, resulta fundamental igualmente que desde las distintas Administraciones Públicas se lleven a cabo los tratamientos de control y prevención oportunos. El método de control empleado en cada caso variará, tal y como afirma Fernández de Lezeta, “en función de la toma en consideración de factores como el ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales, el nivel de infestación o la minimización del posible impacto sobre el medio, los animales y el ser humano”. De ahí la importancia, insiste la directora general de ANECPLA, “de que sean profesionales de la gestión de plagas quienes realicen este servicio de forma profesional”.
Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo
Los síntomas de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo comienzan de forma súbita, en forma de fiebre, dolor muscular, mareos, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz). Pueden producirse igualmente náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dolor de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión.
Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad. Otros signos clínicos posibles son taquicardia, adenopatías (inflamación de los ganglios linfáticos), y diversos fenómenos hemorrágicos, de ahí su particular nombre.
La tasa de mortalidad asociada a esta enfermedad es de aproximadamente un 30%, y la muerte sobreviene durante la segunda semana. Entre los pacientes que se recuperan, la mejoría comienza generalmente al noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad.
Recomendaciones para la prevención
“Las garrapatas suelen encontrarse en las hierbas altas, con lo que es fácil que se adhieran tanto a los animales como a las personas cuando pasan cerca para alimentarse de su sangre. Y no se sueltan hasta que se hinchan y su cuerpo se llena por completo”, explica Fernández de Lezeta.
Así lo afirma la directora general de ANECPLA, quien aconseja “utilizar ropa protectora adecuada, que deje visible la menor superficie de piel posible. Por otro lado, y después de una exposición a ambientes donde cabe esperar la presencia de este animal, es importante revisar tanto la ropa como la piel y el pelo (las zonas calientes como las axilas, el cuello, la cintura y la cabeza son sus preferidas). Y, en caso de detectar alguna garrapata retirarla rápidamente, siempre con cuidado y la técnica adecuada y, siempre que sea posible, conservarla para posibles análisis posteriores”.
Picaduras de garrapata, también en perros
Además de los mencionados perjuicios a seres humanos, la picadura de las garrapatas puede acarrear complicaciones de salud también en los animales, siendo la babesiosis y la erliquiosis las enfermedades más comunes que transmite.
En este sentido, ANECPLA recomienda a los dueños de animales, especialmente los perros, extremar igualmente las precauciones a fin de evitar compañías indeseadas. Al tratarse de un parásito silencioso que no genera ni picazón ni prurito, se aconseja realizar una revisión exhaustiva del animal tras un paseo por el campo o zonas ajardinadas como método de detección.