Trump vuelve con mano dura y prohíbe la entrada a ciudadanos de 12 países: "No los queremos"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este miércoles una nueva proclamación que prohíbe la entrada al país a ciudadanos de 12 naciones, restableciendo y ampliando su polémico veto migratorio de 2017. La medida entra en vigor este lunes a y también impone restricciones parciales a viajeros de otros siete países, entre ellos Venezuela, Cuba y Laos.

“Debo actuar para proteger la seguridad nacional y los intereses de los Estados Unidos”, ha justificado Trump en una intervención grabada desde el Despacho Oval. El mandatario vinculó la medida con el atentado terrorista de Boulder, Colorado, cuyo sospechoso es de origen egipcio -país no incluido en la lista- y culpó a las políticas migratorias de su antecesor Joe Biden del incidente.

El veto afecta de forma total a Afganistán, Chad, Congo, Eritrea, Guinea Ecuatorial, Haití, Irán, Libia, Myanmar, Somalia, Sudán y Yemen. En cuanto a Venezuela, se suspende la emisión de visados para turismo, negocios, estudios e intercambio cultural. También se ordena reducir la validez de otros visados temporales. A los ciudadanos con doble nacionalidad y pasaporte de un país no vetado se les permitirá la entrada.

Trump ha sostenido que “millones de ilegales” han llegado al país debido a las “puertas abiertas” de la administración anterior, y advirtió que Estados Unidos no permitirá que “lo que ha ocurrido en Europa” -en referencia al terrorismo islamista- se repita en su territorio: “No los queremos”.

La proclamación incluye excepciones para residentes permanentes legales, refugiados reconocidos, familiares de ciudadanos estadounidenses y atletas que participen en eventos internacionales como el Mundial 2026 o los Juegos Olímpicos de 2028. Sin embargo, el Gobierno justifica el veto en fallas en los sistemas de verificación de identidad y cooperación migratoria de los países afectados.

Con esta decisión, Trump retoma una de las banderas más controvertidas de su primer mandato. Su orden inicial de 2017 fue duramente cuestionada en los tribunales, pero terminó avalada por el Tribunal Supremo en 2018. Ahora, con un enfoque ampliado, el veto vuelve a convertirse en un símbolo de su política de “mano dura” contra la inmigración.