26 Abril 2024
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Cerca del 40% de los ancianos en residencias y hospitales presentan desnutrición

Cerca del 40% de los ancianos en residencias y hospitales presentan desnutrición

La desnutrición relacionada con la enfermedad es uno de los problemas más prevalentes en la población anciana y un factor de riesgo para el desarrollo de dependencia y la presencia de cuadros de comorbilidad, fragilidad y aumento de la mortalidad. La desnutrición está infradiagnosticada en este grupo de edad y alcanza el 28,4 % de los ancianos en residencias, el 40 % de los hospitalizados y hasta el 56 % en centros de larga estancia, frente al 7,8 % de las personas ancianas que no están institucionalizadas. Así lo señala en su informe Alianza másnutridos.

“Es necesario que los profesionales sanitarios e instituciones relacionadas con la atención a pacientes ancianos establezcan un compromiso real de actuación tanto de diagnóstico como de tratamiento inmediato en los pacientes mayores en riesgo de desnutrición o claramente desnutridos” afirma el doctor Miguel León, presidente de la Alianza másnutridos, entidad creada por la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE) y la Fundación Abbott, en la que están integrados 16 organismos y sociedades científicas expertos en desnutrición.  

Por su parte, el doctor Federico Cuesta, geriatra especialista en nutrición, miembro del Equipo de Liderazgo de la SEGG y miembro de la Alianza másnutridos señala que "el estudio de los aspectos nutricionales es fundamental por los costes que conlleva, tanto directos como indirectos, que incluyen aspectos médicos y de recuperación funcional, sin olvidar los costes asistenciales. Este razonamiento es de gran interés a la hora de sensibilizar a todos los profesionales sanitarios, y forma parte de la estrategia nacional contra la desnutrición relacionada con la enfermedad”

Entre los principales factores de riesgo nutricional para la población mayor están las dietas excesivamente restrictivas, la alteración del sentido del gusto y otros cambios en la ingesta alimentaria con la edad, con menor aporte de energía y proteínas.

Los ancianos institucionalizados en residencias o en centros de día presentan un mayor grado de dependencia y un peor estado nutricional que los ancianos que viven en la comunidad y esta vulnerabilidad motiva con más frecuencia su atención en los servicios de Urgencias o el ingreso hospitalario. Los expertos estiman que alrededor de la tercera parte de ellos son derivados al menos, una vez al año, a urgencias requiriendo ingreso hasta en la mitad de los casos.

En este contexto se hace imprescindible detectar la situación de riesgo nutricional partiendo de la sensibilización y formación de los profesionales y el establecimiento del cribado nutricional de forma universal y obligatoria en todos los centros residenciales.

La implantación del cribado nutricional permitirá identificar a los pacientes con déficit nutricional e iniciar una evaluación nutricional completa para poder establecer el diagnóstico, clasificar la gravedad de la desnutrición y definir un plan terapéutico. “Los profesionales de salud implicados en la atención directa del paciente deben realizar el cribado periódicamente, coincidiendo con el Plan de Atención Individualizada (PAI) semestral y proceder a registrar el cribado en la historia clínica del paciente para promover protocolos de actuación, monitorizar los cuidados y evaluar los resultados en salud” señala el presidente.

Es necesaria la identificación de los pacientes en riesgo y la realización de una valoración nutricional permite establecer un plan de cuidados y tratamiento nutricional eficiente y seguro.

En conclusión, la desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) es un problema común en todos los niveles de atención sanitaria, desde atención primaria a especializada, que tiene su origen en una ingesta de nutrientes y energía inadecuadas respecto a los requerimientos del paciente. Los expertos estiman que alrededor de dos millones de personas en España, uno de cada cuatro pacientes hospitalizados está en riesgo de desnutrición, especialmente en personas mayores o con enfermedades oncológicas, respiratorias o cardiovasculares.