OPINIÓN: Badajoz, la ciudad a medias

Es inútil culpar al Ayuntamiento de la mala gestión de la ciudad. Quejarse es gratis y fácil, lo difícil es intentar cambiar las cosas.

Estamos ante una Badajoz a medias, una de banderas ondeando y la otra. La otra suele ser la peor parada, la escondida, la que se oculta, la que encuentras debajo de la fachada de ‘Badajoz monumental’.

Es la de las paradas en las que el bus no llega, o llega ‘de vez en cuando’, la de los perros envenenados, las casas sin luz, las roturas de agua, es la de las ratas en las calles, los parques sin árboles, los colegios en decadencia, los centros de salud sin sanitarios, la de las largas listas de espera.

La otra, aquellas barriadas de las que nunca se habla, a las que dicen que la Policía ni entra, son de las que nadie se preocupa, con malas infraestructuras, mayores índices de delincuencia. No son las que se quejan, porque, aunque extrañe suelen estar demasiado ocupadas en sobrevivir como para pensar en el dinero que cobra el de al lado.

Son esos vecinos que se preocupan por el que vive enfrente, el que habla como si estuviera en la pescadería y lo suyo son palabras de camaradería. Son los que aparecen en el Ayuntamiento y no se conforman. Ellos suelen ser los no escuchados. Son esos que, cuando el Consistorio no los alcanzan toman decisiones, limpian sus calles, arreglan sus parques, ponen sombra donde el sol abrasa en verano.

Son vecinos ejemplares. Después están los que ondean la bandera, se engominan cada tarde, incluso para hacer deporte, algunos de ellos usan coche oficial otros, en cambio, prefieren la caña del medio día para hablar con la amiga de lo mal que está la sociedad, pero ahí se quedan.

Son esos que dicen vivir bajo la misma bandera pero no ayudan al prójimo. Los que prefieren quejarse o hablar de independentistas catalanes cuando la unión empieza cuando ayudas al que te está pidiendo socorro en la otra punta de tu ciudad.

Badajoz es una ciudad a medias. Como la bandera, dos colores, dos tipos de personas, una sociedad cada vez más fragmentada.