27 Abril 2024
2 . 054 . 114 lectores

OPINIÓN: El lamento de los emigrantes extremeños

2 de Octubre de 2019

El lamento de los emigrantes extremeños

Adiós, Extremadura, adiós. Adiós ríos, adiós olivares, adiós. Llevo el pesar en mi despido, el pésame en mis labios y una esquela vacía, sin retrato. Adiós, Extremadura, adiós.

Adiós campos de secano y adiós a tu buen jamón. Este último me lo llevo en la maleta, pues allá donde voy, ni la tierra es la misma, ni hay buen jamón. Además de tus delicias, llevo dentro del bolso los recuerdos de donde me críe. Sus prados, sus cordilleras, sus campiñas, sus arboledas, su ganado, sus costumbres, sus mitos y leyendas.

Adiós, Extremadura, adiós. Cigueñas de la Torre Espantaperros, teatro romano de Mérida, Hervás, Sierra de Gata... Adiós.

Mi casa, mis padres, mis abuelos, mis amigos, mi amor, adiós. Llevo entre mis labios el último susurro que te quiero dar, voy a buscar trabajo, me voy para encontrar otro hogar, o por lo menos, es lo que debo intentar.

No hay tren que me lleve a mi destino, ni línea que pueda hacerme volver. Me obligan a irme, me echan de aquí, quiero ser ingeniero y, de verdad, ya no se donde ir. 

Dejo atrás todo lo que hasta ahora conocí. El olor a Extremadura, sus noches en blanco, sus veranos monumentales, sus cerezos en flor y los dejo por otra tierra que aún no vi, cambio mis amigos por extraños que aún no conocí.