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OPINIÓN: La exhumación de Franco, una forma de dignificar a los que dieron su vida por Badajoz

24 de Octubre de 2019

OPINIÓN: La exhumación de Franco, una forma de dignificar a los que dieron su vida por Badajoz

La exhumación y traslado de los restos del dictador es solo un paso en el camino de dignificación de la memoria de quienes dieron su vida defendiendo Badajoz.

Tras 44 años de la muerte del dictador y de un sepelio con honores junto a Primo de Rivera en un emplazamiento para su culto, se ha procedido a la exhumación de su cuerpo.

Que siguiera descansando en un monumento para su veneración y peregrinaje construido con mano de obra esclava, ha sido una vergüenza y un insulto para miles de víctimas de la guerra que provocaron él y sus generales.

Que se elimine el vestigio de Franco solo es el primer paso, ahora toca eliminar los restos del franquismo sociológico presentes en la población, en las instituciones y en nuestro callejero, para dejar paso a una verdadera labor memorialista.

Los trabajos para la recuperación de la memoria histórica siempre han estado trabados por los obstáculos administrativos, la represión política y la amenaza de la extrema derecha, el silencio mediático y el olvido que nos quiso heredar la transición, algo que en Badajoz y en Extremadura conocemos bien.

Como escribió Francisco Espinosa, "cuando la gente pudo por fin hablar y saber, se impuso desde arriba el gran pacto de silencio y olvido. La memoria de los vencidos no existía, no debía existir para que la Transición siguiera su curso”.

Y para que la historia de la transición no se tambalease había que borrar las imágenes que aludían a un dolor reciente. El primer gran paso para que se olvidase del recuerdo colectivo la matanza de Badajoz lo dio en 2002 el PSOE regional, derribando la plaza de toros antigua para construir el Palacio de Congresos de la ciudad, donde no existe a día de hoy ni una breve alusión a lo acontecido allí.

Ya en 2007, el ex alcalde Miguel Celdrán intentó eliminar el nombre de la calle Sinforiano Madroñero, en honor al alcalde de Badajoz en 1936 y asesinado por la Falange, por el nombre de Rodríguez Ibarra, algo que no llegó a fraguar, como si se eliminó más adelante la calle a Margarita Nelken.

En 2009, el mismo gobierno del PP con Celdrán a la cabeza, tapó con un muro las históricas tapias del cementerio viejo de Badajoz, donde se cometieron parte de los crímenes de agosto de 1936, en la que los agujeros de bala recordaban los fusilamientos.

La exhumación y traslado de los restos del dictador es solo un paso en el camino de dignificación de la memoria de quienes dieron su vida defendiendo Badajoz de las hordas fascistas. Desde la plataforma Agosto Antifascista de Badajoz seguiremos trabajando por mantener su memoria, ya que no hacerlo supondría una doble muerte. Primero el fuego, luego el olvido.

POR: PLATAFORMA AGOSTO ANTIFASCISTA