29 Marzo 2024
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¿Qué debe tener una mascarilla para proteger durante jornadas laborales de 8 horas?

¿Qué debe tener una mascarilla para proteger durante jornadas laborales de 8 horas?

La sociedad está cada vez más concienciada sobre que el uso de las mascarillas es fundamental para evitar la propagación del COVID-19. Además de ser obligatoria en espacios públicos y siempre que no se pueda asegurar la distancia interpersonal recomendada, su uso se ha extendido a muchos centros de trabajo, convirtiéndose en un elemento indispensable para la sociedad. 

Según la guía de buenas prácticas en los centros de trabajo, publicada por el Ministerio de Sanidad, “no es imprescindible usar mascarilla durante tu jornada laboral si el tipo de trabajo no lo requiere y si mantienes la distancia interpersonal”, sin embargo, son muchos los trabajos en los que estos supuestos no pueden cumplirse y, por tanto, su uso se convierte en obligatorio.

Las largas jornadas laborales vistiendo este elemento de protección, los problemas físicos que representan -como las irritaciones en la piel o la sensación de ahogo-, o cómo ahorrar en su uso, ha llevado a sus usuarios a preguntarse qué características deben tener este tipo de mascarillas para desempeñar sus funciones laborales con la mayor seguridad, comodidad y durabilidad. 

Alberto Cantero, CEO de Gamma Health (Diggia Group), la compañía española que comercializa la mascarilla Wiseprotec -que inactiva el COVID-19-, señala siete características que debemos tener en cuenta a la hora de elegir la mascarilla más adecuada en estas situaciones: 

Protección. Las mascarillas deben asegurar y garantizar una protección eficaz a lo largo de una jornada laboral de ocho horas. Pese a esto, Cantero añade que “aunque las mascarillas higiénicas reutilizables anti-Covid protegen durante largos periodos de tiempo, es muy recomendable hacer un descanso en su uso cada 30 0 45 minutos”. 

Durabilidad. Por otra parte, las mascarillas deben mantener todas sus propiedades tras el mayor número de lavados posibles. Una mascarilla que nos asegure mantener todas sus características después de 40 o 50 lavados puede ser una buena opción. Así estaremos aliviando el gasto familiar al mismo tiempo que contribuimos a reducir los considerables residuos que las mascarillas desechables están produciendo. 

Homologación. Deben especificar claramente a qué normativa española están sujetas en su fabricación, UNE 0064-1 y UNE 0064-2, para las no reutilizables, y UNE 0065, para las reutilizables. También, la normativa CWA 17553:2020, creada por el Comité Europeo de Normalización y publicada el 17 de junio de 2020, asegura a nivel comunitario que es una mascarilla que cumple con los requisitos mínimos para el diseño, producción y evaluación de la capacidad de filtrado, respirabilidad y resistencia a los lavados de las mascarillas higiénicas reutilizables. 

Cuidado de la piel. Se debe siempre recurrir a mascarillas en las que se garantice la ausencia de sustancias y mezclas químicas nocivas en el proceso de fabricación, así como en los textiles utilizados para su confección. Eso evitará enrojecimiento de la piel, picor y desarrollo de enfermedades cutáneas. 

Composición. Según la OMS, lo ideal, es que tenga un mínimo de tres capas de materiales: una interna de un material hidrofílico (que absorbe agua con facilidad, como el algodón); otra de material hidrófobo (que repele el agua) para limitar la contaminación externa a través de la nariz y la boca del usuario y otra hidrofóbica media de material sintético no tejido como el polipropileno o una capa de algodón para mejorar la filtración o retener las gotas. 

Respirabilidad. Además de protegernos y proteger a los demás, las mascarillas también deben permitir una respirabilidad adecuada. Según Cantero, “todas las mascarillas en el mercado tienen que superar una serie de tests de eficacia y respirabilidad para su comercialización. Esta última se mide a través de la denominada fracción respirable que corresponde con la fracción que respiramos y puede alcanzar nuestros alveolos”. 

Ergonomía. La mascarilla debe ser lo suficientemente ergonómica para cubrir boca, nariz y mentón sin dejar huecos en el resto de la cara y así evitar tanto que se expulsen gotículas que pueden contener el virus como que se introduzcan gotículas de fuera.