Familias numerosas, el pilar silencioso de nuestra sociedad
Pedro José Román Prieto / Presidente de FEFANEX y AFANUBA
8 de Julio de 2025
Con la que está cayendo es crucial poner en valor el papel fundamental, aunque a menudo poco reconocido, de las familias numerosas en nuestra sociedad española. Son el motor demográfico que, pese a los ingentes esfuerzos y sacrificios de los padres, contribuyen de manera insustituible al futuro de nuestra nación.
Ser padre o madre es un desafío, pero serlo de una familia numerosa es una verdadera aventura diaria. Estos padres y madres, con tres o más hijos, se enfrentan a una realidad compleja: desde el innegable esfuerzo económico para cubrir necesidades básicas como la alimentación, el vestido o la vivienda, hasta la titánica labor de conciliar la vida laboral y familiar.
A menudo, se ven obligados a renunciar a aspiraciones profesionales o a trabajar en condiciones precarias para poder atender las demandas de sus hijos. Las ayudas existentes, aunque bienvenidas, suelen ser insuficientes y dispersas, lo que deja a estas familias en una situación de vulnerabilidad y con una constante sensación de no ser plenamente reconocidas por su contribución.
De hecho, encuestas recientes revelan que un abrumador 86% de las madres en familias numerosas sienten que la maternidad no está reconocida, y más de la mitad se siente discriminada.
Paradójicamente, en la España actual, parece que el camino más sencillo y socialmente aceptado es el de tener mascotas en lugar de hijos. Los datos hablan por sí solos: mientras la tasa de natalidad se desploma a niveles históricos, con apenas 1,12 hijos por mujer y una edad media de la maternidad que supera los 32 años, nuestro país cuenta con más de 30 millones de mascotas, superando con creces los 6,6 millones de niños menores de 14 años.
Casi la mitad de los hogares españoles tienen un animal de compañía. Sin ánimo de malinterpretaciones, el amor por los animales es admirable, pero es una ironía que como sociedad parezcamos más dispuestos a asumir la responsabilidad de un animal que la de un nuevo ser humano.
Esta tendencia no es inocua; las consecuencias de nuestra baja natalidad son profundas y alarmantes. Estamos construyendo un futuro donde la pirámide poblacional se invierte a pasos agigantados, amenazando la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones y la calidad de nuestra sanidad. Un país sin relevo generacional es un país sin futuro, con una fuerza laboral menguante y una capacidad de innovación y dinamismo en declive. La reducción de la población activa y el aumento de la dependencia de mayores son desafíos económicos y sociales gigantescos.
Y lo que es aún más preocupante es el riesgo de una sociedad donde la soledad y el abandono se conviertan en una epidemia silenciosa. Sin hijos ni nietos que mantengan los lazos familiares y comunitarios, miles de personas, incluidas aquellas familias sin hijos, se enfrentarán en el futuro a una vejez marcada por el aislamiento. Las familias numerosas, en contraste, son un motor de vitalidad, un caldo de cultivo de solidaridad intergeneracional y un garante de que siempre habrá alguien que cuide de los suyos y contribuya al tejido social.
Hoy en España contamos con cerca de 800.000 familias numerosas, que con su esfuerzo diario, no solo educan y sostienen a las futuras generaciones, sino que también nos recuerdan la importancia de la familia como institución. Es imperativo que las políticas públicas dejen de verlas como meros receptores de ayudas y empiecen a reconocerlas como lo que realmente son: el cimiento vital para la prosperidad y el bienestar a largo plazo de nuestra nación. Invertir en ellas es invertir en nuestro propio futuro.
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