Acusan al Gobierno de usar Monfragüe como “trofeo” para contentar al lobby cinegético

La portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, ha arremetido contra el Gobierno regional por lo que considera un intento de normalizar la caza en el Parque Nacional de Monfragüe. Durante su intervención en la Comisión de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Asamblea, ha advertido de que la introducción de rehalas y monterías, bajo el argumento del control poblacional, desvirtúa el propósito de conservación de este enclave natural protegido.

De Miguel ha señalado que la reciente modificación del Plan de Uso y Gestión del parque pone en peligro su integridad ecológica, al permitir que ciervos y jabalíes sean perseguidos por perros. Aunque reconoce que estas prácticas pueden ser más eficaces que las jaulas o cercones empleados hasta ahora, sostiene que su impacto en el equilibrio del ecosistema no ha sido adecuadamente valorado por el Ejecutivo.

La diputada ha vinculado esta decisión con compromisos del Partido Popular con la Federación Extremeña de Caza. Según ha afirmado, tras las elecciones, el Gobierno regional debía contentar al sector cinegético, y ha utilizado Monfragüe como moneda de cambio. Ha recordado además que la caza ya está permitida en el 83 % del territorio extremeño, y que el parque representa apenas una mínima fracción del espacio natural restante en el que se limita esta actividad.

Desde Unidas por Extremadura consideran que el proceso es progresivo y que el parque está siendo transformado en un espacio cinegético encubierto. La introducción de perros sería solo el primer paso hacia futuras concesiones, como el acceso de fincas privadas, la comercialización de carne de caza o incluso la entrega de trofeos. A pesar de estas decisiones, acusan al Ejecutivo de seguir sosteniendo públicamente que en Monfragüe no se caza.

De Miguel también ha criticado el enfoque del Gobierno al presentar esta medida como una forma de inclusión de colectivos minoritarios, como mujeres, jóvenes y arqueros. Ha cuestionado que se utilicen estos argumentos para justificar prácticas que, a su juicio, deberían ser gestionadas con mayor rigor y sensibilidad, dado el estatus de parque nacional de Monfragüe. Ha concluido señalando la falta de respuesta del director general ante sus planteamientos, lo que, en su opinión, evidencia la falta de transparencia en la gestión.