CARTA AL DIRECTOR: “Hemos visto morir a mi abuela mientras el SES…”
1 de Noviembre de 2018
{Les quería exponer un caso a denunciar por fallos en el Servicio Extremeño de Salud.
Mi abuela ha fallecido tras una larga enfermedad de Parkinson, que en los últimos meses se ha visto agravada por decisiones médicas nefastas y de un nivel de incompetencia alto.
En primer lugar, a pesar de que el especialista de neurología tenía que verla una vez cada 5-6 meses, las citaciones y visitas se prolongaban a los 14 meses o más si no interponíamos las reclamaciones pertinentes. A esta falta de asistencia, se suma la variedad de médicos especialistas que la trataban, pues casi en cada visita era uno diferente, llegando a darse este caso hasta en tres ocasiones.
En cada visita con un médico diferente le cambiaban los medicamentos, alegando cada especialista que el tratamiento que seguía (y prescrito por el especialista que le atendía anteriormente) no servía y que su gravedad era consecuencia del tratamiento.
Debido a la gravedad de su situación, el aumento vertiginoso de su deterioro cognitivo, su médico de familia no sabía cómo tratarle o qué medicamentos recetarle, pero no hizo nada para que la viese el especialista; es más, en una de las escasas visitas que conseguimos que atendiese a casa (mi abuela estaba postrada en la cama sin prácticamente poder moverse), diagnosticó que “estaba estupenda”…
Por tal motivo y viendo que su estado empeoraba día tras día, se interpuso la reclamación correspondiente al servicio de Neurología, pues la cita fue concedida con 6 meses de retraso al correspondiente (una enferma con grado III de dependencia y estado de gravedad máximo no puede estar más de un año sin que le vea un especialista). Como era de esperar, la respuesta del SES fue que nos pedían “disculpas por no poder acceder a su petición, debido a la gran demanda asistencial y tener todas las agendas completas”.
Tal era el estado de gravedad que había desarrollado disfagia o dificultad para tragar, por lo que no podía comer; y una vez más, los médicos responsabilizaron al Parkinson sin buscar ninguna solución y aconsejándonos únicamente que le obligásemos a comer… ¿cómo, si no podía tragar, señores?
Por dicha razón se encontraba en un estado de desnutrición y deshidratación avanzado desde el mes de agosto, falleciendo finalmente el 6 de octubre.
A pesar de la gravedad, desde el Servicio de Urgencias (ya que por la vía normal de los especialistas no nos atendían) no le dieron tampoco solución y solamente le colocaron dos goteros… ¡después de tres meses sin comer!
Por otro lado y a pesar de haber solicitado las ayudas asistenciales desde hace más de un año, la única solución que nos daban desde el sistema “público” de salud no era otra que llevarla a una residencia privada, con la correspondiente y elevada cuota mensual, y que a partir del sexto mes recibiríamos una ayuda de ¡175 euros mensuales! Obviamente, la familia no podíamos hacernos cargo de tal desembolso mensual, pues también mi abuelo con múltiples enfermedades, necesitaba contar con ayuda en casa.
Entonces, ¿de qué sirve cotizar? Mis abuelos han trabajado y cotizado toda su vida, para que ahora mi abuela no haya recibido la asistencia médica que necesitaba.
Por más que la familia ha luchado y reclamado porque mi abuela pudiese vivir dignamente, desde el Servicio Extremeño de Salud no han dado ninguna solución (y eso que es un delito el denegar asistencia sanitaria, art. 196 del Código Penal).
Por estas razones queremos denunciar esta situación que ha sido insostenible, pues en la familia no teníamos los conocimientos ni medios para poder alimentarla y mantenerla con vida dignamente, hemos visto a mi abuela morir por falta de asistencia médica… ¡y nadie nos ha ayudado!
Y lo más frustrante: sé que no somos los primeros, ni desgraciadamente seremos los últimos.}
POR: Enrique Rodríguez García.
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