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Vegas Altas

El alba, el hábito de los sacerdotes

Vegas Altas

29 de Marzo de 2019

El alba, el hábito de los sacerdotes

El Museo Etnográfico ‘Agustín Aparicio Cerrato’ de la localidad dombenitense presenta su nueva pieza, el alba, una vestidura, según el diccionario de la Real Academia de la Lnegua Espalola, que consiste en una túnica de lienzo blanco hasta los pies que los sacerdotes, diáconos y subdiáconos se ponen sobre el hábito y el amito para celebrar misas y en otras ceremonias.

El amito, por su parte, es la prenda de lino destinada a cubrir el cuello y la espalda del sacerdote, diácono o subdiácono en las celebraciones religiosas. Se coloca bajo el alba y, antiguamente (se usa desde el siglo VIII) presentaba una cruz en su parte central, hoy en día ya no la tienen. También era frecuente adornarlo con bordados.

EL ALBA

El alba se llama así por su color blanco, proviene de la túnica talaris romana y simboliza la pureza de corazón que el sacerdote ha de llevar al altar. También recibe este nombre la túnica que se impone al recién nacido en la Iglesia Católica para recibir el sacramento del bautismo.

En la Edad Media, recibió los nombres de camiso, camisa y chamisia. Por su composición, que siempre ha sido de lino, aunque también excepcionalmente de lana o seda, se llamó túnica línea y por su ornamentación camisia parata o apparamentata. Estos adornos, que empezaron a estilarse en el siglo X, consistieron en franjas y galones colocados, sobre todo, en los márgenes de la vestidura. Sin embargo, desde el siglo XIII prevaleció la costumbre de aplicarles piezas rectangulares bordadas ya sobre alguna zona de los laterales, en la espalda y sobre el pecho, recibiendo distintos nombres como: parura, plágula, grammata, gemmata. Dicha ornamentación fue cesando en la Edad Moderna sustituyéndose por encajes o puntillas.

La pieza seleccionada para este mes de abril de 2019 es un alba blanca con puntillas en mangas y bajos, está catalogada con el número de expediente 389/40, data de mediados del siglo XX y fue donada a este museo por D. Juan José Gallego Palomero, a quien el Ayuntamiento de Don Benito expresa su agradecimiento.

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