El CD Badajoz 1905 ya escribe una historia brillante

El Badajoz ya es equipo de Regional Preferente. El equipo entrenado por Víctor López selló su ascenso después de imponerse por 2-0 en el partido de vuelta de la eliminatoria frente al Fornacense.

Tras este partido, el play-off arroja un resultado global de 7-0 a favor del Badajoz, que ha demostrado durante todo el año que esta categoría se le queda pequeña. Los albinegros vencieron este domingo en su último partido en Primera Regional ante más de 3.000 espectadores, que vibraron cuando el final del partido dejó paso a un carrusel de emociones.

El equipo con más representación social de la capital pacense, el único capaz de reunir 2.000 abonados y casi 4.000 espectadores, consiguió su ansiado ascenso y dio un paso hacia la recuperación del sitio que le pertenece. Dos goles de David Copito, el pichichi del fútbol nacional, certificaron con todos los honores que el Badajoz 1905 tendrá la temporada que viene plaza en la segunda categoría más modesta del fútbol español.

Hasta ese momento el encuentro no había sido el mejor de la temporada, posiblemente porque ya no hacía falta. La presión de jugar ante tanta gente pudo hacer mella en algunos jugadores, y el marcador del partido de ida (0-5) estaba tan presente en el ambiente que hizo inútil cualquier intento de remontada por parte del Fornacense.

El encuentro comenzó con dominio del Badajoz, que se ayudaba de sus bandas para intentar surtir de balones a un omnipresente Copito. Aunque la primera ocasión fue para los visitantes cuando sólo se llevaban disputados un par de minutos. Después tendría Copito la primera de sus ocasiones, lanzando demasiado cruzado.

Tras un balón al palo en propia puerta, el Badajoz confirmó el asedio sobre la meta del Fornacense con tres ocasiones en una misma jugada. Cholo -al larguero y parada del portero-, y Sito -muy alto-, estuvieron a punto de inaugurar el marcador. Marcador que también se mantuvo inmóvil en otra ocasión del Fornacense, que iba siendo capaz de librarse de la presión y encontrar, aunque fuera de manera aislada, algunas ocasiones, casi siempre en los pies de Carlos o Amado.

Los locales seguían a lo suyo, buscando el primer gol que desatara la euforia de una grada que no necesitaba de goles para apoyar a los suyos sin descanso. La puntería o la claridad en los últimos metros era lo que separaba al Badajoz de abrir la lata, mientras el Fornacense volvía a acercarse a un Kouba que solventaba sin problemas las incursiones visitantes.

El final de la primera parte fue como ese examen del que el alumno solo conoce la fórmula a emplear pero no es capaz de aplicarla. Muchas prisas, ganas de agradar en exceso, y al Badajoz que le entró un ligero agobio acrecentado por el balón al palo con que el Fornacense quiso amortizar su visita a Badajoz. Al descanso se llegó con el cero a cero y la mala noticia para los pacenses de una nueva lesión de Marco Ortega, que tuvo que ser sustituido justo al borde del descanso.

Tras el intermedio el Badajoz parecía más asentado. Sito y Abraham aparecieron, casi siempre por banda derecha, y comenzaron a engrasar la máquina de jugar al fútbol. Sin prisa pero sin pausa el portero del Fornacense comenzó a tener que emplearse a fondo para mantener su puerta a cero. Sito lo intentó con una vaselina que no encontró su destino y más tarde Copito buscó un gol de pillo, después de que Abraham se fuera de su par y pusiese un buen balón. Fueron ensayos generales de lo que vendría después. Copito, siempre Copito, marcaba de cabeza el primero de la tarde y llevaba a las gradas el delirio. Todos los presentes sabían que el ascenso estaba en el bolsillo, pero parecían necesitar un gol que validara el billete con todas las de la ley. El Vivero volvía a ser una fiesta.

La banda derecha fue el punto dulce de todo el campo para los centrocampistas del Badajoz. Desde ahí nacieron las mejores jugadas, con otro remate de Copito al minuto de marcar el primero, e incluso Cholo probó fortuna con una internada bien dirigida que fue cortada en falta.

Dávalos tuvo dos claras ocasiones, estrellando espectacularmente un balón en el travesaño en la segunda de ellas, y Sito repitió intento de vaselina sin lograr su objetivo. El momento más emotivo de la tarde se vivió en el minuto 72, con el ansiado regreso de Iván Cabanillas tras más de seis meses de baja por la rotura del peroné de su pierna derecha. La ovación fue de las de recordar toda la vida.

De ahí al final, una nueva ocasión para el Fornacense, que recibiría la puntilla a dos minutos del final con el segundo tanto del Badajoz, de nuevo obra de Copito al luchar por un rechace del portero para batirle a él y a un defensa que le tenía encimado en la segunda jugada. No hubo más. O por ser del todo sinceros, lo hubo pero nadie podía estar pendiente.

Los goles y el paso de los minutos provocaron la euforia de una grada volcada con su equipo, al que vitoreó antes incluso que acabara el partido. Un partido y una temporada que quedarán para el recuerdo y que terminaron cuando el pitido del árbitro desbordó de alegría a jugadores, técnicos y aficionados. El Badajoz comienza a hacer historia.

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FICHA TÉCNICA

CD Badajoz 1905: Kouba (Isaac, m.80); Parra (Isi, m.74), Ortega (Pérez, m.45), Cholo, Pepe; Dávalos, Carretero (Abraham, m. 57), Gugu (Iván Cabanillas, m.72), Miguel Ángel, Sito y Copito.

UD Fornacense: Tomás (Manuel, m.81), Amado (Juan Carlos, m.56), Javier, Cano, Fernández, Abel, Joaquín (Pedro, m.65), Cefe (Rajo, m.56), José Antonio, Carlos, Manuel (Alejandro, m.82).

Goles: 1-0, (63) Copito. 2-0, (88) Copito.

Árbitro: Carretero Gónzález.

Incidencias: Cerca de 4.000 espectadores en el estadio Nuevo Vivero. Antes del partido Gene García realizó una actuación musical. El club homenajeó a su benjamín A y al colectivo Ambición Blanquinegra por su colaboración en los momentos más difíciles. El histórico capellán del Badajoz, Don Apolonio, hizo el saque de honor.