Estudiantes extremeños en Canarias: enfermos, encerrados y sin comida

FOTO - Cedida por las estudiantes. De izquierda a derecha: Blanca, Carmen, Verónica y Rocío.

Como ya informó en exclusiva 7Días la pasada jornada, una decena estudiantes extremeños de Magisterio se encuentran confinados en el hotel Lemon & Soul de Canarias al haber dado positivo en covid en la isla mientras se encontraban de viaje de fin de curso. Aunque en un principio Sanidad había separado a los infectados de los negativos, actualmente se encuentran todos en el mismo bloque y divididos por habitaciones.

Sin embargo no todo es tan bonito como lo pintan. Rocío Santos, una de las chicas que padece la enfermedad, cuenta a 7Días que se encuentran en los dormitorios sin comida que llevarse a la boca. “Los servicios no nos han tratado mal, han sido súper simpáticos con nosotros”, explica, pero la aseguradora que cubre su estancia hasta que finalicen el periodo de cuarentena solo les proporciona lo que tuvieran contratado en su viaje: un techo para poder dormir. Es decir, que al tener alquilado solo un apartamento para los días que han disfrutado de Las Palmas, no tienen derecho a nada más.

La problemática, como decimos, surge a la hora de alimentarse. Los jóvenes tienen que tomar pastillas, y antes de eso deben introducir nutrientes en el cuerpo en un momento tan delicado de salud. Ninguno de ellos está grave, pero sí presentan síntomas –fiebre, dolor de garganta o tos- que dificultan el día a día. No demandan nada especial, simplemente comida. Aún les quedan ocho días y pueden resultar muy largos.

Otro inconveniente es que los cuartos no tienen cocina, y en el caso de pedir alimentos a un establecimiento que pueda llevarlos hasta allí, no podrían elaborarlos después. La idea de llamar a restaurantes ha quedado descartada.

Eso sí, no le ocurre lo mismo a los contactos estrechos, que desde el primer día tienen pensión completa con desayuno, comida y cena en dicho hotel.

EL VUELO DE VUELTA

¿Qué ocurre con el vuelo de vuelta? “Esa es otra”, responde Rocío. “No sabemos cómo ni cuándo nos vamos a ir. En la compañía aérea no nos cogen el teléfono ni responden los correos. Seguiremos intentándolo aunque Servicios Sociales nos ha dicho que no tendremos ningún problema para cambiar el billete. El caso es que no tenemos nada averiguado”, apostilla la estudiante.