Exigen el cierre de Almaraz según el calendario previsto
2 de Agosto de 2025
Ecologistas en Acción recuerda que la central nuclear de Almaraz I debe cerrarse el 1 de noviembre de 2027, y la unidad II el 31 de octubre de 2028, según el calendario acordado entre el Gobierno de España, las empresas propietarias y Enresa en 2019, y validado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), pues es una central envejecida con límites operativos claros.
Estas fechas no son arbitrarias ni simbólicas: responden a razones técnicas y regulatorias. Almaraz lleva más de cuatro décadas en operación, y su infraestructura muestra signos evidentes de fatiga térmica, irradiación prolongada y envejecimiento estructural.
Sistemas esenciales como la vasija del reactor, los generadores de vapor, las bombas de refrigeración o los cuadros eléctricos acumulan desgaste difícil de revertir sin sustituciones costosas y complejas, que ni están planificadas ni justificadas para tres años adicionales de funcionamiento.
La acumulación progresiva de fallos y paradas no programadas en los últimos años confirma este deterioro. El incidente del 28 de abril de 2025, cuando un fallo interno comprometió temporalmente el sistema de refrigeración y el generador diésel tardó tres minutos en activarse, no puede considerarse anecdótico. Aunque no tuvo consecuencias graves, refleja el riesgo inherente a seguir operando una instalación que ha superado su vida útil razonable.
Para operar hasta 2030, Almaraz necesitaría al menos dos nuevos ciclos de combustible por unidad. El combustible nuclear debe encargarse con 18–24 meses de antelación, diseñarse a medida, fabricarse, transportarse y cargarse bajo estricta supervisión. A día de hoy, no consta ningún encargo ni planificación técnica que permita garantizar este suministro a tiempo, lo que compromete directamente la posibilidad de seguir operando en condiciones reguladas. Además, cada nuevo ciclo implica más residuos radiactivos, que deberían almacenarse en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) ya al límite de su capacidad, con implicaciones logísticas, económicas y radiológicas no resueltas.
Prorrogar el funcionamiento de Almaraz no es una necesidad técnica del sistema eléctrico. El cierre de la central está integrado en un calendario escalonado de clausura nuclear que finaliza en 2035, precisamente para garantizar una transición energética planificada, con suficiente margen para incorporar potencia renovable, almacenamiento y regulación de la demanda. A día de hoy, el mix energético español ya ha superado en varias ocasiones el 50 % de producción renovable, y la continuidad de Almaraz no es imprescindible ni estratégica. Alargar su operación sólo responde a intereses empresariales y al intento de trasladar a lo público los costes de mantenimiento de una instalación en declive.
Ecologistas en Acción exige al Gobierno y al Consejo de Seguridad Nuclear que mantengan el calendario de cierre acordado, y que cualquier intento de prórroga sea evaluado con plena transparencia y con base estrictamente técnica, no económica ni política.
La central nuclear de Almaraz debe cerrarse en 2027–2028, como establece el acuerdo vigente, porque:
No hay margen técnico ni documental para ampliaciones.
No se ha tramitado el combustible necesario.
La planta presenta un deterioro operativo acumulado.
Su cierre está previsto dentro de una estrategia energética ya en marcha.
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