Tras anunciar su dimisión como secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo no abandonará la primera línea política. El dirigente socialista ha confirmado que tomará posesión de su acta de diputado en la Asamblea de Extremadura, decisión con la que continuará su labor desde la oposición tras los malos resultados electorales del pasado domingo.
Gallardo ha justificado este paso asegurando que renunciar a trabajar desde la oposición supondría “traicionar a los extremeños que han confiado en nosotros”, dejando claro que su salida de la dirección regional no implica una retirada política. La toma de posesión del escaño conlleva además recuperar la condición de aforado, en un contexto marcado por el proceso judicial en el que se encuentra inmerso.
El ya exlíder socialista ha explicado que su dimisión fue una decisión personal, meditada y comunicada al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la misma noche de las elecciones. Gallardo asume en primera persona unos resultados que ha calificado de “malos sin paliativos” y considera que dar un paso atrás en la dirección del partido es necesario para que el PSOE extremeño inicie una nueva etapa y vuelva a ser una alternativa de gobierno.
A partir de ahora, el PSOE de Extremadura abrirá un periodo de transición con la constitución de una gestora que dirigirá el partido hasta la celebración del próximo congreso regional. Gallardo ha reiterado que seguirá aportando al proyecto socialista aquello que le solicite la nueva dirección, asegurando que se marcha “con la cabeza alta” y agradecido por el respaldo recibido de la militancia.
En el plano político, el dirigente ha reafirmado que el PSOE debe ejercer su papel como principal alternativa a las derechas en Extremadura, descartando que la actual ejecutiva regional sea quien tome decisiones sobre posibles abstenciones. Así, Gallardo inicia una nueva etapa centrada en el trabajo parlamentario, mientras el partido afronta un proceso de reorganización interna tras el revés electoral.