La Segunda División se le queda pequeña a la afición del Extremadura UD

El Francisco de la Hera fue un hervidero durante los 90 minutos que duró el partido. Bueno en los 100 porque se dieron cinco de añadido en cada una de las partes.

La afición almendralejense demostró estar a la altura de su equipo, que mostró un despliegue físico y de calidad sobre el terreno de juego para superar al Cartagena y encarrilar la eliminatoria de camino a Segunda.

Visto lo acontecido en las gradas del Francisco de la Hera se puede afirmar que la afición del Extremadura es de superior categoría. Y si apuras la categoría de plata del fútbol español se le podría quedar pequeña.

Desde que saltaron al campo los jugadores se vio un precioso mosaico con los colores y el escudo del Extremadura Unión Deportiva. Además la nota de color la puso una bandera de Extremadura en uno de los fondos.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando sonó en himno. El Francisco de la Hera fue un clamor con un himno que sonó a capella y a más de uno le puso la carne de gallina. Los jugadores estaban emocionados.

Echó a rodar el balón y con ello comenzaron los ánimos de los almendralejenses. 11.490 almas jadeando a sus jugadores y llevándoles en volandas hacía la victoria.

Especialmente sonora fue la celebración del gol. Con el tiempo ya cumplido al filo del descanso, Pardo logró anotar tras una jugada a balón parado que le daba el triunfo al Extremadura.

La locura estalló en las gradas del feudo almendralejense. Era normal, se veían más cerca de Segunda División.

Tras el descanso Gio Zarfino estaba dando un auténtico recital de calidad y trabajo sobre el verde. Eso se lo supo agradecer la afición con aplausos en cada una de las acciones y cantándole uruguayo uruguayo.

Otro de los momentos más importantes fue en el minuto 75. Juan Sabas llamaba a Willy, que estaba calentando en la banda, para entrar en el terreno de juego. Un sonoro aplauso y cánticos hacia el delantero azulgrana que sin duda alguna agradeció el jugador con su trabajo sobre el campo.

En los últimos minutos, cuando el Extremadura más lo necesitaba por el dominio del Cartagena, los seguidores azulgranas comenzaron a animar con más intensidad sabedores que tenían que transmitir fuerza a unos jugadores que habían realizado un gran derroche de energía para amarrar la victoria.

El éxtasis total llegó cuando el colegiado decretó el final del encuentro. Tanto en el césped como en la grada se pudieron ver abrazos, alguna que otra lagrimita, pero sobre todo felicidad porque el Extremadura estaba un poco más cerca de volver al fútbol profesional.