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Cultura

Los cambios en el sector del cine post Coronavirus

Cultura

11 de Junio de 2020

El cine post-Covid19: salas sólo para grandes superproducciones y estrenos en streaming

A principios de 2020 los medios de comunicación informaban que los cines españoles habían registrado más de 100 millones de espectadores en 2019 y habían recaudado 624 millones de euros, la mejor cifra en diez años, según datos de la consultora Comscore. Apenas cinco meses después, el escenario es totalmente distinto.

La llegada del Coronavirus trajo consigo el confinamiento y, entre otras muchas cosas, el cierre de los cines. Los expertos afirman que en esta situación la industria cinematográfica se ha visto obligada a repensar su esquema de negocio, lo que tendrá consecuencias en el corto, medio y largo plazo.

"Han tenido que aceptar que el cine e internet, al que hasta ahora se miraba como un enemigo, están condenados a entenderse", señala Elena Neira, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). "Esta situación ha servido, por una cuestión de necesidad, para eliminar los prejuicios de ver cine en casa", afirma.

Y es que el bloqueo de los estrenos previstos ha tenido efectos inmediatos en las grandes compañías distribuidoras tal y como explica la profesora de la UOC uno de ellos es que han comprobado que existe recorrido comercial para los estrenos directos en vídeo bajo demanda, como ha ocurrido con Troll's World Tour, que Universal estrenó bajo alquiler en plataformas el pasado 10 de abril. También Disney decidió saltarse la ventana de los cines con Artemis Fowl, que estrena ahora directamente en su plataforma Disney+.

De la butaca del cine al sofá de casa

"Ha habido un cambio de mentalidad que traerá consigo un cambio de escenario", explica Neira, que también es miembro del Grupo de Investigación en Aprendizajes, Medios y Entretenimiento (GAME) de la UOC. "Las grandes empresas que son las que pueden promover realmente el cambio y también las que faltaban por unirse a esta revolución digital, les ha gustado esta experiencia y que probablemente la repitan en el futuro", añade.

¿Significa eso que el cine en salas morirá? La respuesta de los expertos es que es posible, pero solo para un tipo determinado de películas. "Lo que hemos entendido y vivido como cine sufrirá importantes modificaciones y transformaciones, pero no desaparecerá. El cine en salas nunca morirá del todo", señala Jordi Sánchez Navarro, director de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.

Añade que "lo que ocurrirá es que se producirá una polarización entre los grandes acontecimientos cinematográficos, "que seguirán llenando las salas esporádicamente, y las pequeñas y medianas producciones, que puede que queden relegadas a un consumo en pantalla doméstica vía streaming".

Comparte su opinión Elena Neira, que recuerda el informe de MoffettNathanson titulado Say Goodbye to Hollywood, en el que Michael Nathanson dibuja un escenario con un futuro incierto para el cine. En él advierte que la mayoría de las salas están en centros comerciales y que estos reabrirán con limitaciones, lo que reducirá la circulación natural de público a los cines. Además, las salas que abran tendrán que sobrevivir varios meses operando con un tercio del aforo, lo que supondrá unos ingresos que, en el mejor de los casos, también serán de un tercio del total.

Por eso, tanto Neira como Sánchez creen que las mayores dificultades serán para las producciones pequeñas y medianas, que tendrán complicado competir con las grandes.

BLOCKBUSTER

"Un blockbuster, una película que ha costado 200 millones, se tiene que estrenar en cines porque no se puede amortizar en vídeo bajo demanda, ya que está pensada para generar un gran impacto económico en la primera ventana de los cines y después toda una serie de beneficios adicionales que están vinculados al hecho de que se ha convertido en un taquillazo", explica Elena Neira, que cita como ejemplo de esos beneficios la venta de productos de promoción comercial (merchandising) o el propio fenómeno que desata el hecho de conseguir un récord de espectadores.

"El estreno en los cines es la palanca que impulsa el efecto dominó en el resto de las ventanas, in ella, esas películas no se podrían hacer, necesitan los cines", reitera.

Sin embargo, la situación no es la misma para las producciones pequeñas y medianas. A pesar de que son susceptibles de ser estrenadas, la implicación económica que conlleva estrenar en los cines en términos de campañas de marketing, anuncios publicitarios o compra de espacios en marquesinas, así como el hecho de tener que competir directamente con grandes taquillazos, son dificultades complicadas de salvar.

"Eso hace que no sean lo suficientemente rentables para sobrevivir en este contexto, especialmente a finales de este año y principios del que viene, cuando los cines van a estar saturados de grandes estrenos", dice la profesora de la UOC.

Es precisamente uno de los miedos de los propios profesionales de la industria, que temen por su futuro. Según una encuesta realizada entre profesionales del cine y publicada en Stephen Follows Film Data and Education, tras la irrupción del Coronavirus y la paralización de gran parte de la industria, casi la mitad de las personas que trabajan en la industria del entretenimiento audiovisual identifican como su principal o segunda preocupación el futuro de la empresa para la que trabajan.

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