¿Tu mascota viaja segura en el coche? Estos son algunos consejos

Estamos acostumbrados a la típica escena en la que un perro va en un coche asomando la cabeza por la ventanilla. Es muy tierno ver al animal feliz por sentir el viento en la cara con su lengua colgando. No obstante, ¿qué pasaría en caso de un accidente? Desde que existen los coches hemos llevado a nuestras mascotas en ellos. Para ello compramos transportines, correas de coche y demás artilugios, pero ¿son estos productos realmente eficaces y los usamos de la manera adecuada?

La ley de bienestar animal aprobada en 2023 debería haber cambiado la forma en la que nuestras mascotas viajan en el coche. Esta norma establecía que en nuestros viajes no solo debíamos que garantizar el bienestar del animal, sino también su seguridad. De esta manera, toda la responsabilidad recaía en el propietario. Sin embargo, no se le daba ninguna pista de cómo conseguirlo, según asegura el presidente de la Fundación Smart Baby, Josep María Vallès. 

Con todo, dos años después de que se aprobara dicha ley, aún no existe una homologación que acredite la eficacia real de los productos vendidos como sistemas para que las mascotas viajen seguras.

En Europa algunas marcas han recogido el testigo de la seguridad vial y los pasajeros de cuatro patas. La mayoría proceden de la industria de Sistemas de Retención Infantil (SRI) e intentan trasladar todo lo aprendido en la evolución de las sillitas infantiles a los transportines, hasta que llegue una normativa que regule estos productos.

"El registro, tipificación y análisis de los siniestros y el desarrollo y evolución de los dummies infantiles logró una normativa más segura para los niños. Con las mascotas acabará sucediendo algo parecido", apunta Vallès.

Aunque todavía no existe nada estandarizado ni homologado, hay una serie de consejos que contribuyen a la seguridad de nuestro compañero animal durante los viajes.

El primero de ellos, el más importante, y también el más obvio, es que el animal nunca debe ir suelto en el vehículo, aunque viaje en el maletero. Y es que en un choque frontal a tan solo 50 km/h su peso se multiplica por 35, lo cual implica que un perro de 20 kilos impactaría sobre los elementos del coche y el resto de pasajeros pesando más de media tonelada.

El segundo consejo es adquirir siempre productos que demuestren que han superado pruebas de laboratorio y crash test, aunque requieran una inversión mayor. Además, una vez adquiridos, hay que usar estos productos de la forma adecuada. Para ello debemos tener claro dónde debe ir colocada nuestra mascota dentro del coche.

A modo de ejemplo, Sergio Gascó, especialista en el transporte seguro de mascotas, indica que los perros por encima de los 55 kilos, "en ningún caso es recomendable que viajen en los asientos posteriores del coche porque ni siquiera existe un arnés que sea capaz de retenerlos en su asiento en caso de impacto. Este tipo de perros tiene que ir siempre en el maletero, en un transportín que a su vez debe estar bien asegurado", explica Gascó.

Por su parte, las mascotas que pesen menos de 9 kilos no pueden ir en los asientos traseros sujetas por un arnés, porque su cuello no soportaría el latigazo cervical en caso de accidente. La opción en su caso es viajar siempre en transportín, el cual debe colocarse en sentido transversal a la marcha.

También hay que evitar en la medida de lo posible colocar el transportín en el suelo del coche, entre los asientos delanteros y traseros "porque en caso de impacto frontal, si se rompe, el perro se colará por el hueco que hay debajo del asiento chocando contra la estructura metálica de los asientos y, en impactos frontrolaterales, esta es la zona más frágil", explica Gascó. Tanto si se coloca en el suelo como en el asiento, siempre debe ir sujeto con un dispositivo que haya superado pruebas de impacto.

En definitiva, queda mucho camino por recorrer en la regulación de sistemas y normativas, pero, teniendo claros conceptos como estos, podemos conseguir que viajar sea más seguro para nuestro amigo peludo.