OCU y 24 asociaciones europeas confirman el uso de "patrones oscuros" por parte de SHEIN
7 de Junio de 2025
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), junto con otras 24 asociaciones de consumidores de toda Europa, ha celebrado la reciente decisión de la Comisión Europea de exigir a la plataforma de moda SHEIN que cumpla con la normativa europea de protección al consumidor. Esta medida se basa en investigaciones que revelan el uso sistemático de técnicas engañosas y adictivas diseñadas para incitar a los usuarios a consumir más de lo previsto.
Según las autoridades europeas y las asociaciones involucradas, SHEIN recurre a lo que se conocen como patrones oscuros: estrategias de venta que manipulan las emociones del consumidor. Entre estas técnicas figuran supuestos descuentos personalizados, productos sugeridos de forma invasiva, ofertas con plazos engañosos como las "ventas flash" y un catálogo interminable con escaso stock real, todo diseñado para crear una sensación de urgencia artificial.
La OCU y sus homólogas europeas exigen que la empresa deje de utilizar estas prácticas, consideradas desleales por la normativa comunitaria. Además, reclaman transparencia: pruebas verificables sobre la autenticidad de los descuentos, la duración real de las ofertas, la disponibilidad de los productos y la fiabilidad de las reseñas de usuarios que, en muchos casos, podrían ser falsas o manipuladas.
Estas prácticas forman parte de un modelo de negocio basado en la moda ultrarrápida, que se apoya en potentes algoritmos para fomentar la interacción constante y el gasto impulsivo. Este enfoque no solo perjudica al consumidor, sino que genera un impacto ambiental y social significativo. La OCU reclama una respuesta firme de las autoridades europeas que ponga freno a estas estrategias y que investigue a toda la industria, ya que SHEIN no es la única implicada: plataformas como Aliexpress, Amazon, La Redoute y otras 11 tiendas en línea también están bajo observación.
El impacto de este modelo de consumo va más allá del engaño al usuario. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), el sector textil es uno de los más contaminantes, solo superado por la alimentación, la vivienda y el transporte. La moda ultrarrápida ha multiplicado la producción y el desperdicio de ropa, incrementando también el uso de sustancias químicas tóxicas y el deterioro de condiciones laborales en países productores.
Por todo ello, la OCU insiste en la necesidad urgente de una regulación más estricta que garantice prácticas comerciales éticas, transparencia en la información ofrecida a los consumidores y una transición hacia un modelo textil más sostenible. La lucha contra la moda ultrarrápida no es solo una cuestión de derechos del consumidor, sino también una prioridad ambiental y social.
Noticias relacionadas
Comenta esta noticia
A Fondo