OPINIÓN: Aquel 11 de marzo
11 de Marzo de 2020
Recuerdo aquel día como si lo estuviera viviendo en este mismo instante. Tan solo tenía 8 años cuando sucedió pero el bullicio en mi casa, el desazón y el sonido del televisor me quitó el sueño desde bien temprano.
Hora punta en Madrid aquel jueves, 11 de marzo de 2004, miles de personas esperaban su ferrocarril para trasladarse a su trabajo o a su casa en su defecto, y maldito fue el momento en el que decidieron montarse en aquellos cuatro trenes de cercanías.
Se produjeron diez explosiones, todas ellas provocadas por mochilas cargadas de explosivos que suelen utilizarse en canteras, y cada una de ellas cronometradas, cuatro minutos pasaron desde el inicio hasta el final, desde las 7:36 hasta las 7:40 horas en la línea que unía la estación de Alcalá de Henares y Atocha.
Tren número 21431, de seis vagones que salió a las 07:01; tren número 17305, de seis vagones que salió a las 07:04; tren número 21435, de seis vagones y doble altura que salió a las 07:10; y tren número 21713, de seis vagones que salió a las 07:14.
El tren número 21431 estaba estacionado en la vía 2 de la estación de Atocha cuando se produjeron tres explosiones. Y un cuarto artefacto localizado en el coche uno que no estalló inicialmente.
Fueron diez explosiones y cuatro minutos que acabaron con la vida de 193 personas, e hirieron a dos mil. El segundo atentado más grande de Europa, uno que hizo añicos a España en cuestión de segundos.
Números que tienen nombre. Lágrimas, algunas de cierto sosiego porque sus seres queridos se habían quedado dormidos y perdieron el tren, y muchas, muchísimas, de tristeza. Aquel horror hizo mella en toda la población.
Como olvidar aquellas terribles imágenes, el llanto retenido por mi abuela que se pasaba las manos por la cabeza persignándose cada vez que tenía oportunidad. A mi abuelo con el teléfono en las manos, a mi madre tapándome los ojos y a mi padre blanco como la leche en medio del trabajo.
La magnitud de aquel evento marcó la historia de un país.
Y es que, de alguna u otra forma todos los que vivimos ese episodio de cerca o de lejos, perdimos un pedacito de nosotros en aquellos atentados, y parte de nuestros recuerdos están dedicados a todos los que fallecieron en aquel trágico 11M.
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