Si eres mujer pagas más: el 'impuesto de género' o 'tasa rosa'
5 de Marzo de 2016
La Unión de Consumidores de Extremadura denuncia que existen productos y servicios en el mercado que se encarecen en más de un 90% si van dirigidos a mujeres.
Probablemente, ya habéis oído hablar de ella. La llamada “Tasa Rosa”, es un peso más en nuestras cargadas mochilas.
Según el último Informe de Desarrollo Humano 2015 de Naciones Unidas, las mujeres cobran salarios un 24% inferior a los hombres por hacer el mismo trabajo; en España esta diferencia está en torno al 17%. Además, ocupan sólo el 25% de los puestos directivos, tiene menos tiempo para dedicar a su vida social, son víctimas de la violencia de género... ¡y pagan más por los mismos productos y servicios!
La llamada woman tax, pink tax o tasa rosa es, en opinión de algunos movimientos y colectivos sociales, una manera más de discriminar a las mujeres, ya que consiste en un "impuesto oculto" que les hace pagar más por el mismo producto.
En Francia y Estados Unidos, ya están estudiando este tema e intentando ponerle remedio en el caso de que dicha Tasa Rosa o Women Tax, como la llaman en Estados Unidos, sea cierta.
En España, según los fabricantes y directivos de marketing de diferentes empresas, no se considera tanto una nueva muestra de desigualdad entre géneros, sino más bien una consecuencia más de la ley de la oferta y la demanda, que dice que hay quien está dispuesto a pagar más por según qué productos, ya que, se da también el caso, de que algunos productos masculinos son más caros que los femeninos porque ellos están también más predispuestos a pagar lo que sea por conseguirlos.
Así, se explica esta diferencia en que “las mujeres se preocupan más por el cuidado personal, valoran estos productos más que los hombres y están dispuestas a pagar más por ellos". Por este motivo, consideran que es más una “tasa de marketing” que una “tasa de género”, ¿pero realmente es así?
Estudio
Comparar precios en el supermercado para ahorrarse unos euros es una práctica habitual entre los consumidores; es más, es la primera recomendación de una asociación de consumidores a la hora de hacer la compra.
Sin embargo, lo que hasta ahora no recomendábamos es comparar el mismo producto en versión femenina o masculina, ya que al hacerlo, si el artículo que queremos comprar está dirigido a una mujer, su economía se verá perjudicada por culpa, precisamente, de la tasa de género.
En las estanterías de los comercios, podemos encontrar más un centenar de productos que tan sólo por ser de distinto color, o ir dirigido a mujeres, cuestan mucho más. Donde más se aprecia está diferencia, es en la línea de perfumería e higiene, y dentro de esta, en depilación, cosmética y desodorantes, que es donde mayor diferencia en precio encontramos.
Por ejemplo, hemos visto cuchillas de afeitar que se incrementan más del 56%, cremas depilatorias para ellas que cuestan un 41% más que las masculinas, contorno de ojos que se encarecen hasta el 83%, desodorantes que suben un 40%, espumas de afeitar en torno al 25%, etc., etc.. Pero no sólo existen diferencias en el sector de perfumería e higiene; hemos encontrado guantes de invierno, para él y ella, de una marca en concreto, que se encarecen algo más del 39% los de mujer, o una camiseta térmica un 19% más cara para ella. ¿La explicación podría ser la talla, a menos tela mayor precio? No lo creemos
Y en el sector servicio, ¿existen diferencias? Desgraciadamente sí. Por ejemplo, algo tan rutinario o habitual como ir a la tintorería, no costará lo mismo para él que para ella, ya que si en lugar de una camisa llevamos una blusa (un 63% más caro) y un pantalón en lugar de falda (un 33% más), la diferencia entre ser mujer y hombre puede incrementar el coste final en algo más de un 96%.
Recomendaciones
Los consumidores tenemos un enorme poder de consumo, en concreto las mujeres, que toman "el 80% de las decisiones de compra", reconoce Gerardo Castillejo. Además, ejercen una increíble influencia social al recomendar productos y pueden cambiar la percepción de una marca.
Por este motivo, los consumidores, podemos tomar decisiones e influir sobre una marca, en el caso de la tasa de género, no estaría de más tener en cuenta que a la hora de elegir un producto y comprobar que es más caro para mujer, averigüe donde está el incremento; los productos pink, son más caros y prácticamente iguales a su versión masculina; en determinadas compras de artículos para mujeres, les será más rentable ir directamente a la sección masculina; denunciar la diferencia de precios para productos exactos en las redes sociales con una foto y el hashtag #pinktax; dar publicidad entre amigos y en las redes a las marcas que no aplican la tasa de género.
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