Trump lanza a EEUU a la guerra: o Irán firma la paz, o los próximos ataques serán peores

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado este sábado un ataque militar contra tres instalaciones nucleares en Irán, lo que ha supuesto la entrada directa del país en un conflicto armado con Teherán. El propio mandatario lo ha comunicado en su red social Truth Social, asegurando que los objetivos han sido “destruidos con éxito” y que todos los aviones participantes “han regresado con seguridad”.

Las instalaciones atacadas han sido Fordo, Natanz e Isfahan, claves en el programa nuclear iraní. Según medios como FOX News, EEUU ha utilizado bombarderos B-2 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos para llevar a cabo la operación. La Casa Blanca ha señalado que Israel ha sido avisado previamente y que Trump ha mantenido contacto directo con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

En una comparecencia televisada, Trump ha declarado: “Hemos destruido la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán. Si no firman la paz, los próximos ataques serán mayores”. A su lado han estado el vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el de Defensa Pete Hegseth. Según el presidente, este ha sido un “éxito militar espectacular”.

El ataque ha llegado apenas 30 horas después de que la portavoz de la Casa Blanca afirmara que Trump se tomaría dos semanas para decidir. Finalmente, ha acelerado la acción tras una reciente ofensiva israelí contra Irán, que habría frustrado las negociaciones diplomáticas con Teherán.

Trump ha justificado la ofensiva como un acto de defensa ante un Estado al que ha calificado como “el principal patrocinador del terrorismo en el mundo”. Aunque durante semanas ha intentado proyectar una imagen aislacionista, finalmente ha alineado su estrategia con Netanyahu, dando por cerrada cualquier vía diplomática con Irán.

La operación ha sido ejecutada con medios de alta precisión, como los bombarderos furtivos B-2 Spirit, únicos capaces de transportar bombas antibúnker GBU-57 capaces de destruir instalaciones subterráneas como la de Fordo, situada a más de 80 metros bajo tierra. La escalada militar ha dejado en suspenso cualquier intento de reactivar el acuerdo nuclear de 2015, que Trump abandonó en 2018.