5 Diciembre 2025
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¿Cómo comprar un coche eléctrico de segunda mano en España en 2025? Revisa esto antes de firmar

5 de Diciembre de 2025

¿Cómo comprar un coche eléctrico de segunda mano en España en 2025? Revisa esto antes de firmar

 

El mercado de vehículos eléctricos (VE) en España ha dado un giro significativo en los últimos años. En 2025, con los incentivos fiscales en retroceso y la oferta de modelos nuevos más cara que nunca, los compradores están dirigiendo su atención hacia el mercado de ocasión. Según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (GANVAM), las ventas de coches eléctricos de segunda mano han crecido un 31 % en el primer semestre del año, con modelos como el Renault Zoe y el Tesla Model 3 liderando las búsquedas. Pero aunque las cifras invitan al optimismo, comprar un VE usado conlleva riesgos únicos que muchos compradores no contemplan: autonomía reducida, baterías degradadas y mantenimiento específico.

 

Los coches eléctricos también necesitan mantenimiento: qué revisar antes de conducir

 

Aunque la mecánica de los vehículos eléctricos es más sencilla que la de los coches de combustión interna, no significa que estén exentos de mantenimiento. De hecho, al comprar un coche eléctrico de segunda mano, es fundamental revisar una serie de componentes clave que pueden haber sufrido desgaste silencioso: pastillas de freno, neumáticos adecuados al par motor instantáneo, amortiguadores, y sobre todo, componentes electrónicos sensibles como sensores y sistemas de carga.

 

Además, algunos problemas comunes en eléctricos usados, como el deterioro del sistema de refrigeración de la batería o fallos en el sistema de regeneración de energía, pueden pasar desapercibidos en una inspección superficial. Por esta razón, se recomienda realizar un diagnóstico completo en un taller especializado y reemplazar cualquier componente sospechoso antes de circular con normalidad.

 

Para facilitar este proceso, muchos conductores recurren a tiendas online especializadas en repuestos para vehículos eléctricos. Plataformas como Trodo España destacan por ofrecer un catálogo amplio, actualizado y compatible con una gran variedad de modelos eléctricos - desde utilitarios urbanos hasta SUV premium - lo que permite ahorrar tiempo y dinero desde el primer mantenimiento.

 

¿Cuánta vida útil le queda a la batería? Un dato clave (pero no siempre visible)

 

La batería es, sin duda, el componente más caro y crucial de un coche eléctrico. En modelos nuevos, su durabilidad suele situarse entre 150.000 y 300.000 km, o alrededor de 8 a 12 años, dependiendo del fabricante y del uso. Pero cuando hablamos de vehículos de segunda mano, la historia cambia: no todos los propietarios anteriores han cuidado su batería igual.

 

Uno de los problemas principales es que la degradación de la batería no siempre es visible a simple vista. Un coche puede cargar al 100 %, pero eso no significa que conserve toda su autonomía original. Por eso es tan importante acceder al estado de salud de la batería (SoH, por sus siglas en inglés), un valor que indica el porcentaje real de capacidad disponible respecto a la original. Hoy en día, muchos talleres pueden leer este dato con equipos de diagnóstico OBD especializados, o incluso con aplicaciones compatibles conectadas al vehículo.

 

Para compradores informados, este dato puede marcar la diferencia entre una compra inteligente y una fuente continua de gastos. Algunas marcas como Tesla o Nissan permiten acceder fácilmente a esta información; otras, como Renault, pueden requerir una visita técnica. En cualquier caso, si el SoH está por debajo del 75 %, se recomienda negociar el precio o buscar otro modelo con mejor salud energética.

 

Las condiciones climáticas también afectan a las baterías

 

Uno de los factores más subestimados en la vida útil de una batería es el clima en el que ha circulado el vehículo. Las temperaturas extremas, tanto frías como calurosas, aceleran la degradación química de las celdas. En zonas muy calurosas como el sur de España, el sobrecalentamiento durante la carga rápida puede reducir el rendimiento con el tiempo. Por el contrario, en regiones más frías, como el norte peninsular, las bajas temperaturas ralentizan la entrega de energía y obligan al sistema a consumir más para climatizar el habitáculo y la batería.

 

 

Además, la falta de un sistema de gestión térmica activo (presente en algunos modelos más económicos) puede agravar estos efectos. Es decir, no todos los coches eléctricos están igual de preparados para climas extremos. A la hora de comprar un usado, conviene investigar dónde ha sido matriculado el coche por primera vez y qué uso ha tenido. Un modelo que ha pasado años en Sevilla sin garaje puede presentar un envejecimiento más pronunciado que otro usado en Galicia con cargas domésticas nocturnas.

 

Estas variaciones no son solo anecdóticas: según datos del Laboratorio Nacional de Energías Renovables de EE. UU. (NREL), la diferencia de degradación entre climas cálidos y templados puede alcanzar hasta un 30 % en modelos sin refrigeración activa de batería.

 

La importancia del historial de carga y mantenimiento

 

A diferencia de los vehículos con motor de combustión, los coches eléctricos requieren una atención especial al historial de carga. ¿Se ha cargado siempre en casa con cargadores lentos (AC)? ¿O se ha abusado de la carga rápida (DC) en estaciones públicas? Estas preguntas no son triviales. La carga rápida frecuente puede generar más calor y tensión sobre la batería, lo que acelera su degradación con el tiempo.

 

En muchas ocasiones, los vendedores particulares no conservan un registro claro del tipo de carga usado, lo que añade incertidumbre al proceso de compra. Sin embargo, algunos fabricantes ofrecen informes de salud de la batería, accesibles en el concesionario o mediante herramientas de diagnóstico específicas. Esto permite conocer la capacidad restante real, medida en kilovatios-hora (kWh), en lugar de fiarse solo del porcentaje de carga que marca el salpicadero.

 

Otra señal a vigilar es si el vehículo ha recibido actualizaciones de software y revisiones periódicas. En los coches eléctricos, el software de gestión energética tiene un rol crucial para optimizar el rendimiento y proteger los componentes eléctricos. Una batería bien gestionada digitalmente puede durar mucho más que una con firmware obsoleto o mal calibrado.

 

Conclusión: Informarse bien es ahorrar a largo plazo

 

Comprar un coche eléctrico de segunda mano puede ser una excelente decisión económica y ecológica -siempre que se haga con conocimiento de causa. Evaluar el estado de la batería, analizar el historial de carga, consultar informes técnicos y contar con un diagnóstico profesional son pasos esenciales para evitar sorpresas desagradables.

 

Aunque los vehículos eléctricos tienen menos piezas móviles y, por tanto, menos desgaste mecánico que los de combustión, la batería sigue siendo el corazón y el componente más caro del coche. Invertir tiempo en una evaluación adecuada hoy puede suponer un ahorro de miles de euros en el futuro.

 

Con la demanda de coches eléctricos en alza y el mercado de segunda mano en plena expansión, estar bien informado es más importante que nunca. Ya sea para reducir la huella de carbono o simplemente para ahorrar en combustible, el coche eléctrico de ocasión puede ser una apuesta segura -si se toman las precauciones adecuadas