¿Cómo impacta el ejercicio físico en la salud mental?
29 de Enero de 2024
Verónica Bueno, Educadora Física en 'Moverte Da Vida' Córdoba, y Miguel Melchor Quijada, Psicólogo de la Fundación Sorapán de Rieros, expresan la relación existente entre la actividad física, el ejercicio físico y la salud mental.
La ansiedad y la depresión son trastornos mentales comunes que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Ansiedad: Es una respuesta natural del cuerpo frente al estrés o peligro. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva o persistente, puede convertirse en un trastorno. Se caracteriza por sentimientos intensos de preocupación, miedo, nerviosismo o inquietud, a menudo acompañados por síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, dificultad para respirar o tensión muscular. La ansiedad puede dificultar el funcionamiento diario y afectar las relaciones personales.
Depresión: Es más que sentirse triste ocasionalmente. La depresión es un trastorno del estado de ánimo que provoca sentimientos profundos de tristeza, desesperanza, apatía y falta de interés en actividades cotidianas. Puede manifestarse a través de cambios en el sueño, el apetito, la concentración y la energía. Las personas con depresión pueden experimentar pensamientos negativos persistentes e incluso tener pensamientos suicidas.
Respecto a la relación entre la ansiedad y la depresión
La comorbilidad es alta entre la ansiedad y la depresión. Estudios muestran que muchas personas diagnosticadas con uno de estos trastornos también cumplen con los criterios para el otro. Por ejemplo, se estima que alrededor del 50% de las personas con depresión también sufren de ansiedad.
- Síntomas superpuestos: Tanto la ansiedad como la depresión pueden compartir síntomas como problemas de sueño, fatiga, dificultad para concentrarse y cambios en el apetito. Esta superposición de síntomas puede dificultar el diagnóstico preciso y el tratamiento específico.
- Causas y factores de riesgo similares: Las causas subyacentes de la ansiedad y la depresión pueden ser similares, incluyendo factores genéticos, desequilibrios químicos en el cerebro, experiencias traumáticas o eventos estresantes en la vida.
Prevalencia
Las tasas de prevalencia de la ansiedad y la depresión varían en todo el mundo, pero ambos trastornos son altamente prevalentes:
- Ansiedad: Se estima que más de 260 millones de personas en el mundo sufren de trastornos de ansiedad. Es uno de los trastornos mentales más comunes y puede manifestarse en diferentes formas como trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobias, entre otros.
- Depresión: Se calcula que más de 320 millones de personas en todo el mundo sufren de depresión. Es una de las principales causas de discapacidad a nivel global y puede afectar a personas de todas las edades.
Las tasas de prevalencia pueden variar según factores como la región geográfica, la edad, el género y otros factores sociodemográficos. Sin embargo, es claro que tanto la ansiedad como la depresión representan un desafío significativo para la salud mental a nivel mundial y requieren una atención adecuada y comprensiva.
El ejercicio y el deporte regular ofrecen una serie de beneficios significativos para la salud mental, especialmente en lo que respecta a la ansiedad y la depresión:
- Reducción del estrés y la ansiedad: El ejercicio físico libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y que pueden mejorar el estado de ánimo. Además, el ejercicio regular puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que contribuye a disminuir la ansiedad y la sensación de estrés.
- Mejora del estado de ánimo: La actividad física puede aumentar la producción de neurotransmisores como la serotonina, asociada con el bienestar y la regulación del estado de ánimo. Esto puede resultar en una sensación de calma y satisfacción, reduciendo los síntomas de la depresión.
- Aumento de la autoestima: El deporte puede promover sentimientos de logro y autoeficacia. Al cumplir metas de ejercicio o mejorar en una actividad deportiva, las personas pueden sentirse más seguras y positivas respecto a sus habilidades, lo que eleva la autoestima.
- Distrae y reduce la rumiación: El ejercicio físico requiere concentración y atención, lo que puede distraer la mente de los pensamientos negativos recurrentes que suelen caracterizar la ansiedad y la depresión. Además, ofrece un espacio para desconectar y liberar la mente de preocupaciones.
- Interacción social: Muchos deportes y actividades físicas se realizan en entornos sociales, lo que brinda la oportunidad de interactuar con otras personas. Esta interacción social puede ser beneficiosa para el bienestar emocional al proporcionar apoyo social y una sensación de pertenencia.
- Patrón de sueño mejorado: El ejercicio regular puede ayudar a regular los patrones de sueño, lo que es crucial para aquellos que sufren de ansiedad o depresión, ya que el sueño juega un papel fundamental en la salud mental.
Es importante señalar que los beneficios del ejercicio para la salud mental pueden variar de persona a persona, y siempre es recomendable consultar con un profesional del ejercicio antes de iniciar un programa de ejercicios, especialmente si se están gestionando trastornos de ansiedad o depresión.
El deporte y el ejercicio pueden ser herramientas poderosas para mejorar la salud mental, pero no deben considerarse como sustitutos de la terapia psicológica en el tratamiento de la ansiedad y la depresión. Ambos enfoques pueden ser complementarios y trabajar juntos para promover el bienestar mental.
La terapia psicológica, ya sea en forma de terapia cognitivo-conductual, terapia de apoyo emocional u otros enfoques, ofrece herramientas específicas para abordar las causas subyacentes de la ansiedad y la depresión. Un terapeuta puede trabajar con el paciente para identificar patrones de pensamiento negativo, desarrollar estrategias de afrontamiento y resolver problemas subyacentes que contribuyen a estos trastornos.
Por otro lado, el ejercicio puede mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y promover el bienestar emocional, pero no aborda directamente las raíces profundas de la ansiedad y la depresión. Sin embargo, puede ser una parte integral de un enfoque holístico para el tratamiento.
La combinación de terapia psicológica con ejercicio regular puede ser altamente efectiva. La terapia proporciona las herramientas mentales y emocionales necesarias para abordar los desafíos emocionales, mientras que el ejercicio contribuye al bienestar general y puede ser una estrategia de autocuidado valiosa.
Es fundamental buscar el equilibrio adecuado y considerar un enfoque integral que incluya el tratamiento psicológico, el ejercicio, así como otras estrategias de autocuidado que funcionen para cada persona. En casos de ansiedad y depresión moderada a grave, la terapia profesional es esencial y debe ser considerada como parte fundamental del plan de tratamiento.
Para hablar de la relación entre el ejercicio y la salud mental, en este caso la ansiedad y la depresión, debemos contextualizar estos términos.
En cuanto al ejercicio hay varios conceptos que tienden a malinterpretarse e incluso confundirse unos con otros. Estos son Actividad física, Ejercicio Físico y Deporte.
Hablamos de actividad física, como todo movimiento que podemos realizar en nuestro día a día que implique un gasto calórico (p.e. Limpiar la casa). Sin embargo, hablamos de ejercicio físico cuando nos referimos a una actividad física con una intencionalidad de mejorar la condición física y el estado de salud de la persona con un objetivo concreto para ella y de forma programada y planificada en el contexto de esa persona (p.e. realizar una sentadilla para mejorar la fuerza en el tren inferior con intención de mejorar la probabilidad de supervivencia en una persona que está en un proceso oncológico de mama). En cuanto a deporte, se considera deporte a una situación motriz con posibilidad de competición institucionalizada (con federaciones y entidades que regulan los mismos), en la que participa el individuo que desarrolla una actividad, en un determinado espacio de acción y donde puede haber o no compañeros y adversarios (p.e. un partido de fútbol).
La relación entre el movimiento y la salud mental siempre ha creado curiosidad. Hoy podemos decir que es una relación más que positiva, principalmente con el ejercicio físico. Existe una alta evidencia científica sobre el efecto beneficioso del ejercicio físico en un proceso de ansiedad y/o depresión, esta evidencia habla de una disminución de la sintomatología. Este ejercicio físico está asociado a una mejor salud física, mayor satisfacción con su vida, mejor funcionamiento cognitivo y bienestar psicológico. En cuanto a la actividad física la inactividad está asociada con el desarrollo de trastornos psicológicos.
Son muchos los estudios que apoyan el uso del ejercicio como tratamiento para estos trastornos tan comunes en nuestra sociedad. Para el caso de depresión incluso cuando esta es de leve a moderada el ejercicio físico se propone como primera línea de tratamiento y también como una estrategia para aminorar los síntomas cuando hay presencia de psicofármacos.
En cuanto a la ansiedad se ha demostrado que es una alternativa de tratamiento eficaz y rentable para una variedad de trastornos de ansiedad pero sin llegar a alcanzar el poder de los psicofármacos.
Estas mejoras que se dan en cuanto a los síntomas depresivos y de trastornos de ansiedad se debe a varios factores debido a que el ejercicio físico bien pautado y dirigido es considerado una polipíldora, con ello queremos decir que con un mismo ejercicio estamos estimulando distintos sistemas de nuestro cuerpo y con ello produciendo muchas sustancias químicas de manera simultánea.
Además de las mejoras fisiológicas que se producen debido a la dosis de ejercicio idónea que sería la combinación de ejercicio físico de fuerza con ejercicio cardiovascular, este último a ser posible en entornos naturales y con exposición solar, pues esto tiene un alto impacto en nuestra salud mental.
Alguna de las vías que encontramos que producen estas mejoras son el aumento de la producción de serotonina, bienestar y mejora del autoconcepto y autoestima producido por superar retos, cumplimiento de las Necesidades Psicológicas Básicas (autonomía, competencia y necesidad de relacionarse con otros) y exposición al disconfort que supone el esfuerzo físico.
El ejercicio físico y la cantidad de actividad física realizada en nuestro día se plantea como una opción muy importante para la prevención y el tratamiento complementario de estas patologías.