17 Septiembre 2025
2 . 054 . 114 lectores

DEL G.I.A.T. ... Y DE LA JUSTICIA (Y II)

Ángel Morillo Triviño

11 de Septiembre de 2025

DEL G.I.A.T. ... Y DE LA JUSTICIA (Y II)

 

Ocurrió también en Castuera (Badajoz), donde vivo y desde donde escribo. Un caso muy curioso del que salieron ilesos unos cuántos implicados por esas cosas que nadie que esté en su sano juicio se puede explicar. O cómo, en ocasiones, la Justicia se da por desaparecida y las penas irremediables se quedan en el limbo de lo inexplicable.

 

Sucedió que la Guardia Civil de Tráfico, en un control rutinario, preguntó a un conductor, un hombre entrado en años (se supone que porque no circulaba muy correctamente), dónde había renovado su Permiso de Conducir. El Sr., sin conocimiento de que su respuesta sincera traería cola, respondió: ¡En el Ayuntamiento! Y claro, rápidamente, los Agentes de la Guardia Civil, totalmente sorprendidos se supone, pusieron el caso en conocimiento del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de la localidad al principio señalada y, es de suponer, de la Jefatura Provincial de Tráfico.

 

La Jueza, creo, si mal no recuerdo, que era una Sra., titular del Juzgado -de los dos que hay en Castuera- al que correspondía la denuncia, mandó, según tengo entendido, detener a tres personas: un funcionario del Ayuntamiento, la titular de un Centro Médico de Reconocimientos de Conductores y Cazadores de Quintana de la Serena (a muy pocos kilómetros de Castuera) y a su marido que trabajaba en una Asesoría Fiscal y Laboral de Castuera regentada por el hermano de un político muy destacado del PSOE, que, evidentemente, conocía lo que estaba sucediendo en su negocio debido a que el trabajador implicado en el caso era alguien de su total confianza con muchos años de servicio en la Asesoría.

 

La Jefatura Provincial de Tráfico de Badajoz (se supone acompañada de los correspondientes agentes del G.I.A.T. que velan -no siempre, como expuse en la primera parte de esta "pieza"- por el tráfico), cuando tuvo conocimiento del caso, mandó requisar un montón de Permisos y sus portadores (no sólo de Castuera, sino de otros pueblos de la comarca) se vieron obligados a hacer de nuevo los trámites para su renovación. Algo que entra dentro de lo lógico puesto que esas personas no habían pasado el preceptivo reconocimiento médico y, en parte, eran cómplices del "chanchullo". Pero, ¿había más cómplices y de relevancia pública? Ahora veremos: Cuando hablé con el funcionario del Ayuntamiento, conocido mío, que imagino estaba en libertad provisional, éste me dijo que sabía que iba a ir a la cárcel, pero que una administrativa de la famosa Clínica-Hospital ILEGAL de Castuera, es posible que lo tuviera que acompañar, lo cual demuestra que no sólo en el Centro de Quintana había "sus cosas", sino que en Castuera también había quien cortaba el "bacalao" del mismo modo y manera. ¡Menudo disgusto se llevaría alguien de la Jefatura Provincial de Tráfico al saber esto!, pues ya les expliqué, en la primera parte, que, presumiblemente (o presuntamente, si les gusta más), esa Clínica era "protegida" por el Subjefe de Tráfico de Badajoz, Primitivo Adame Perera, quizás, cumpliendo con el mandato político de quién lo había "colocado" en ese puesto privilegiado de la Jefatura "sacándolo" de funcionario de prisiones, que, al decir, era su destino hasta el cambio. ¿Cierto esto último?, parece ser que sí, aunque difícilmente demostrable.

 

Poco tiempo después, cosas de la vida, me encontré con el trabajador de la Asesoría esperando mientras se le pasaba un reconocimiento médico a una hija suya en el Centro de mi familiar; y, como él sabía que yo estaba enterado del caso, me contó algo que, seguramente, fue lo que salvó a todos de ira a la trena (él, su esposa, el funcionario, y pudiera ser, el dueño de la Asesoría y algunos otros funcionarios, estos de Justicia): cuando la Jueza -o el Juez- lo mismo da, lo interpeló, este hombre reconoció su culpa y dijo a Su Señoría: sé que voy a ir a la cárcel, Señoría, pero sepa Vd. que en estos Juzgados hay quienes han renovado sus Permisos haciendo lo mismo que las otras personas beneficiadas por el mismo  sistema, y yo le diré a Su Señoría, durante el Juicio, cuántos y quiénes son, ... y que nos expliquen el porqué de su complicidad.

 

En fin, que el negocio se había beneficiado con cómplices que no eran los simples ciudadanos normales, sino con gente de cargos, quizás, más relevantes que el del simple funcionario del Ayuntamiento. ¿Algún Oficial del Juzgado? ¿Algún Juez o Jueza? ¿Algún Secretario/a del Juzgado? ¿Algún político de importancia Local, Provincial o Autonómico? Lo hubiéramos sabido a no ser que pasara lo que pasó: nada de nada se volvió a saber del posible Procedimiento Judicial. El caso, no sabemos si se archivó, se traspapeló o se "escondió" en algún armario de esos que no se miran nunca por los motivos que, obviamente, se pueden imaginar. De hecho, tras la jubilación de un Oficial del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número Uno (condecorado con la Orden de San Raimundo de Peñafort; increíblemente, por cierto, pero esa es otra historia), no hace mucho tiempo, hay rumores que, de ser ciertos, podrían aclararnos algo de este caso, pues, presuntamente, parece ser que han aparecido sin haberse tramitado -y, por lo tanto, ya prescritos- muchos Procedimientos, más de los debidos por el retraso judicial conocido, entre los que pudiera estar el caso que tenemos entre manos. Aunque de poco iba a servir ya, evidentemente.

 

Ha pasado el tiempo suficiente para la prescripción de los inculpados, ya nada ni nadie los puede llevar a ese mal destino de la cárcel (que servidor no desea a nadie que no sea merecedor de ella por algo más que simples "irregularidades", aunque en este caso lo de simples es un "poquito" dudoso). Una declaración sincera puso punto y final a un delito grave o menos grave, depende de cómo se mire, de varias personas que, incluso, podrían haber sido otras más. Y uno se pregunta cómo siendo tan eficaces, como parecían serlo en otros casos: ¿dónde estaban esos Agentes del G.I.A.T. y ese Subjefe de la Jefatura Provincial de Tráfico que no se dieron cuenta de que la denuncia de otros Agentes -cumpliendo con su obligación- se había quedado en papel mojado? 

 

Sí, ciertamente, ocurrió en Castuera (Badajoz). ¡Y qué Justicia! ... a veces, ¿no?