7 Noviembre 2025
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OPINIÓN - Cripta de Santa Eulalia: honor y reconocimiento para quienes salvaron sus restos

Francisco R, Blanco Coronado. Presidente de FONDENEX.

7 de Noviembre de 2025

OPINIÓN - Cripta de Santa Eulalia: honor y reconocimiento para quienes salvaron sus restos

 

La cripta de la basílica de Santa Eulalia, actualmente, es uno de los yacimientos arqueológicos más importante de Mérida. Quienes la conocen y la visitan, elogian su valor y su conservación. Pero hasta ahora nunca se ha reconocido que si estos restos pueden ser admirados, se debe sobre todo al tesón y trabajo de un colectivo de ciudadanos emeritenses, con Emilio Olivas Salguero a la cabeza.

 

En 1990, yo era secretario general de ADENEX, asociación que fundamos una decena de amigos en 1978 y en la que estuve como directivo hasta 1998, cuando dimití. Emilio Olivas Salguero, licenciado en Historia del Arte y profesor de Mosaicos de la Escuela de Artes de Mérida, que además era Director de la Sección de Cultura y Defensa del Patrimonio Histórico-Artístico de la asociación, tuvo conocimiento de la iniciación de trabajos destinados a sustituir el pavimento del templo, ya que en el atrio de la iglesia se acumulaban materiales de construcción. Emilio Olivas, que era un <> al que no se le escapaba detalle en Mérida, indagó y comprobó que no había licencia municipal de obras ni el proyecto había sido examinado por el Patronato de la Ciudad Monumental, Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida (hoy Consorcio).

 

Denunciamos el inicio de las obras, y nada más levantar las antiguas baldosas comenzaron a aparecer restos arqueológicos, por lo que fueron paralizadas y comenzó una polémica que llegó hasta la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento de Mérida y el Ministerio de Cultura del Gobierno de España.

 

Se estaba ante unos hallazgos transcendentales no solo para Mérida, sino también para la historia del Cristianismo en España: además de casas romanas de los siglos I a III, había necrópolis cristianas, restos visigodos y vestigios del primer túmulo funerario de la Santa.

 

Había un problema importante a resolver: se debía compaginar el normal funcionamiento de la parroquia con la conservación y visita de los importantes vestigios encontrados. La solución no era fácil y teníamos al párroco de entonces con actitud <>.

 

La Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, con buen criterio, decidió formar una <> que analizara el valor de lo hallado, aunque ya algunos de ellos habían adelantado la excepcionalidad del descubrimiento. Pero la solución era difícil, ya que la basílica, y en eso estábamos de acuerdo, no se podía cerrar al culto.

 

Emilio Olivas, seguramente la persona que mejor ha conocido y defendido el patrimonio cultural de Mérida, y con la que tuve el honor de trabajar (y aprender) durante más de 20 años, tuvo la idea feliz, genial y definitiva: crear dos ambientes, uno superior, para la actividad normal de la iglesia y otro, inferior, para preservar los restos encontrados y, además, hacer viable su visita y contemplación. ¡Nada más y nada menos que hacer posible la coexistencia de templos cristianos desde el siglo IV al siglo XX! Restos paleocristianos, visigodos, románicos, góticos…

 

La idea fue consultada con nuestro presidente, en primera instancia. Santiago Hernández, como doctor ingeniero de caminos, conocía perfectamente el cálculo y diseño de estructuras metálicas y de hormigón. Santiago Hernández consultó también con dos arquitectos de la asociación, que dieron el visto bueno a la idea y, tanto el presidente como los arquitectos firmaron un escrito afirmando que era posible, técnicamente, llevar a cabo la idea del bueno de Emilio Olivas.

 

El director general de Patrimonio Cultural, José Mª Soriano, estuvo muy receptivo a este anteproyecto desde el principio, y el 12 de marzo de 1991, el DGPC nos convocó a Emilio Olivas y a mí a una reunión. Quería poner en nuestro conocimiento la decisión tomada por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura con respecto a la basílica de Santa Eulalia. La consejería admitía nuestra propuesta y se realizaría un forjado para hacer dos pisos: el superior, para funcionamiento de la iglesia, y el inferior, para conservar y poner en valor los restos arqueológicos.

 

Sin embargo, pusimos varias objeciones al proyecto de la Junta, siendo dos las principales: no había suficiente altura en la cripta y los dos ambientes, superior e inferior, estaban totalmente separados. La Dirección General de Patrimonio Cultural admitió nuestras objeciones y recomendaciones y elevó el forjado y comunicó los dos ambientes a través de tres de los cuatro pilares principales, de tal forma que desde el espacio de culto se pudiera ver el espacio arqueológico.

 

El entonces párroco reaccionó con gran virulencia a nuestra proposición, acusándonos incluso de ir contra el culto a la Mártir. El 1 de mayo de 1991 zanjamos la polémica con dicho sacerdote mediante un artículo en los principales periódicos de Extremadura. El mismo Arzobispo de Mérida-Badajoz, ese gran hombre que fue D. Antonio Montero apoyó el proyecto y pidió disculpas por el comportamiento del párroco.

 

Hoy, la cripta de la Basílica de Santa Eulalia es uno de los lugares más visitados de Mérida y la parroquia, como tal, desarrolla el 100 % de sus funciones.

 

Seguramente, la Mártir, algo tuvo que ver…, pero también la imaginación, la ilusión y el trabajo de Emilio Olivas Salguero y los conocimientos técnicos de Santiago Hernández Fernández. Por menos se pone una placa a muchos que han hecho menos…

 

Fdo.:  Francisco R, Blanco Coronado. Presidente de FONDENEX.