17 Noviembre 2025
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OPINIÓN: El ministro se ríe de Extremadura con su último anuncio

OPINIÓN: El ministro que no deja de reírse de Extremadura

 

Mientras el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, anuncia a bombo y platillo que la alta velocidad ferroviaria alcanzará los 350 kilómetros por hora, Extremadura sigue atrapada en la vergüenza de un tren digno de otro siglo. La diferencia no es pequeña: entre Madrid y Barcelona se recorrerá la distancia en menos de dos horas, y aquí, en nuestra tierra, mejor no hablar de lo que tardamos en llegar hasta la capital española. Es humillante.

 

No se trata solo de infraestructura: se trata de respeto y justicia. Cada anuncio del ministro es un recordatorio de que Extremadura no cuenta, de que nuestra región puede esperar años y años mientras otros territorios reciben la atención, los recursos y los elogios mediáticos que a nosotros nos niegan. Y él lo sabe. Se permite bromear, presumir y compararse con China, mientras los extremeños seguimos pagando el precio de una planificación que nos ignora sistemáticamente. 

 

Que quede claro: no es un desliz. Es una estrategia política que humilla a nuestra comunidad. Es el desprecio institucional elevado a arte, disfrazado de modernidad y progreso. Cada vez que Óscar Puente habla de “pasar a la ofensiva” con la alta velocidad, los extremeños sentimos que nos colocan en la cola de prioridades de un país que se enorgullece de ser igual para todos, pero no lo es.

 

No podemos seguir tolerando que las palabras de un ministro se rían de nuestra realidad ferroviaria, sea del color que sea. Necesitamos acciones concretas, fechas claras y trenes que nos devuelvan la dignidad, no anuncios grandilocuentes que nos dejan igual que estábamos: esperando, olvidados, mientras otros viajan a 350 km/h.

 

"Extremadura no puede ni debe conformarse con migajas", llevamos diciendo desde hace años y ya ha perdido el sentido. El respeto no se implora, se exige, pero no quedando en saco roto como siempre pasa. Y el señor Puente debe entender que su espectáculo mediático no nos representa ni nos beneficia, y que seguir ignorando nuestra región no es humor ni estrategia: es pura injusticia.