OPINIÓN: ¿El voto tiene truco?
Estamos en democracia y podría pensarse que esta duda sería antidemocrática. No. El voto es libre, se puede votar a cualquiera.
El problema y la solución no están en el voto, sino en el uso que se pueda hacer de él. Desde que se vota libremente, en democracia, los extremeños pensamos que el voto serviría para conseguir las promesas incumplidas desde el 78 (el aeropuerto civil de La Cervera, un tren digno, el AVE, la unión con Portugal, la autovía Badajoz-Cáceres, la autovía Badajoz-Valencia, el paro, los jóvenes que emigran por falta de trabajo, las pensiones miserables…).
Aquí está el truco. Con nuestro voto podemos elegir a los representantes. Estos tendrían la función de defender los intereses de Extremadura, pero aquí se da el “truco del almendruco”. La libertad de los extremeños representantes se anula con la disciplina de partido. Ya no deciden los representantes de Extremadura, no pueden defender los intereses de Extremadura porque las decisiones no las toman ellos.
Los representantes de Extremadura, y de otras regiones, tienen que someterse a lo que les digan los “intereses superiores” de los partidos. Si algún representante de Extremadura se atreve a defender los intereses de Extremadura sin el beneplácito de sus jefes, pueden ser castigados económicamente o, incluso, expulsados del partido, a pesar del artículo 67.2 de la Constitución, que prohíbe el voto obligado.
¿Por qué no hablan en el Congreso los representantes de Extremadura para defender la igualdad de servicios, por ejemplo, y sí hablan y exigen las regiones que lo tienen prácticamente todo? Porque las comunidades privilegiadas pueden exigir al Gobierno y no les pasa nada, por el contrario, consiguen lo que quieren. Los extremeños, por mucho que quieran defender a Extremadura, hablarán cuando se lo permitan y nunca distinto de lo que mande el partido.
Así llevamos 47 años de democracia. Extremadura está la última, elección tras elección. Los últimos con la izquierda y los últimos con la derecha. El voto no ha servido para sacarnos de la prisión del último lugar. ¿Qué es lo que podemos elegir? La soga con que estamos atados al último lugar.
Los representantes de Extremadura no son libres para defender a Extremadura. Están sometidos a otros intereses distintos de los nuestros. No hace falta pensar mucho porque la cosa está clarísima. Nuestros votos no han servido, en 47 años, para sacarnos del último lugar. Dentro de un par de meses veremos que seguimos igual. ¿Vale la pena pensarlo?
Esta confusión la tienen la mayoría de los extremeños. Nuestro voto, después que los soltamos, van a parar al mismo cesto. Puede que el cesto una vez corresponda al PSOE y
otra al PP. El PSOE ha gobernado en Extremadura casi la totalidad de la democracia. No se cumplieron las promesas, seguimos sin tren digno, sin AVE, emigrando los jóvenes, hemos perdido casi medio millón de extremeños desde 1950 y seguiremos igual. Si el día 21 gana el PP, nos volverá a ocurrir lo mismo que con el PSOE. Nos tienen reservado el último lugar, como si estuviéramos prisioneros y, además, silenciosos, con miedo a que nos ocurra algo peor.
Las estructuras políticas no están hechas para favorecer a Extremadura, sino para los privilegiados que todos conocemos. Por ahora no hay arreglo, por más buena fe que puedan tener los representantes que elige nuestro pueblo. Tenemos que luchar con otras armas o seguiremos eternamente en el último lugar. Nuestro voto no servirá para sacar a Extremadura del último lugar.