26 Abril 2024
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OPINIÓN: La bandera ni es de manual ni pasaba por allí… señor cronista

MIGUEL CALVO VERDÚ

27 de Octubre de 2022

OPINIÓN: La bandera ni es de manual ni pasaba por allí… señor cronista

Bandera propuesta para Badajoz y Miguel Calvo Verdú, portavoz de la Comisión de la Bandera

 

Cuando uno lee afirmaciones procedentes de un cronista que se califica de serio en su libro Historia de Badajoz y sin embargo afirma que “el color carmesí corresponde al Reino de León, cuyas gentes culminaron la reconquista de la ciudad a los árabes” (González Rodríguez, A. Historia de Badajoz, 2018, página 149, y también página 151) uno no puede más que quedarse perplejo ante tan manifiesto error. Señor cronista, el color carmesí jamás correspondió al reino de León, salvo que se haya sacado de la manga algún documento o referencia contrastada que así lo manifieste, cosa que obviamente es imposible o dudo. Puestos a inventar la historia inventemos cualquier cosa como, por ejemplo, afirmar que él no presento ninguna propuesta llevada a la comisión de la bandera creada ya que, si mis ojos no me engañan, y tengo buena vista, no solo presentó una sino tres, y a cual más lejana de cualquier mínima referencia a la norma heráldica y vexilológica, amén de referenciar el color blanco por los Omeyas, que por cierto, no sé qué tienen que ver con la dinastía aftasí de Badajoz. Quizás debería desempolvar del baúl de los recuerdos aquel viejo manual que usó en primero de carrera sobre la ciencia heroica y del blasón y ponerse al día. No se puede pretender, alegando un estatus de cronista, que diga lo que diga lo hace ex cátedra y que cualquier opinión contraria a la suya no son más que simples manifestaciones “no serias” o leguleyas.

 

Por otro lado, argumentar que la ciudad de Badajoz tenía un pendón carmesí concedido por Alfonso IX a semejanza del pendón de San Jorge de Cáceres es simplemente una falacia sin fundamento alguno, y quizás solo es un intento romántico de reivindicar lo que no se puede reivindicar, partiendo de un presupuesto falso al afirmar que dicho supuesto pendón carmesí “se ondeaba (…) para celebrar algún acontecimiento significativo en la vida de la ciudad o del país”. ¿Que en dichos eventos importantes se ondeaba algún tipo de bandera seguramente real, militar o de otro tipo? Posiblemente, pero con seguridad, no se trataba de un pendón carmesí concedido por Alfonso IX, sería otro. Alberto González, cronista oficial de Badajoz, apoya dicha afirmación diciendo que “el último acto de tremolar el pendón celebrado en Badajoz tuvo lugar siguiendo la orden emanada de Madrid para festejar la exaltación al trono de Fernando VII el 17 de abril de 1808.” Obviamente esta afirmación la hace basándose en la orden emanada de Madrid, lo que no significa que en aquellas localidades donde no había bandera de la ciudad, como Badajoz, lo que se tremolara seguramente, y de acuerdo totalmente con Manuel Márquez, era el pendón real del monarca “que la ciudad custodiaba como privilegio que disfrutaba y que le correspondía como municipio realengo, pero no como bandera de Badajoz”.  Era la bandera del monarca, pero no la bandera de la ciudad, simplemente porque Badajoz nunca ha tenido bandera que la represente como tal localidad.

 

En un análisis que hace el cronista el 18 de octubre de 2022 manifiesta que “el tema (de la bandera) siguió debatiéndose en reuniones a las que a los proponentes iniciales se habían sumado otros que pasaban por allí”, buena manera de menospreciar las ideas de otros: “pasaban por allí”. Y sigue diciendo: “para aportar detalles técnicos de manual. Aquí si fue citado el cronista, pero ante el sesgo del asunto, optó por apartarse”, de nuevo redundancia en el menosprecio de otros al calificarlos como que solo aportaron “detalles técnicos de manual”. Sin embargo, y después de menospreciar el trabajo de otros, manifiesta que la propuesta de la comisión es “una magnífica composición de equilibrado diseño y acertado simbolismo”. Pero no hay que alegrarse por ello, porque claro, esa composición de equilibrado diseño y acertado simbolismo, ahora sí, el cronista remata diciendo que “es básicamente el que el cronista propuso en su primera sugerencia de 1988”. Uno no sabe si reír o llorar. Pero ahora viene lo bueno. Veamos.

 

Este 27 de octubre de 2022 dijo que él estaba “en contra de esas ondas” (se refiere a las tres ondas representativas del Guadiana), y de nuevo uno se queda perplejo cuando al mirar sus dos primeras propuestas (aquellas de 1998 y que no alusiones) ambas presentan tres ondas representando al Guadiana, e incluso en la segunda la columna con el lema concedida por Carlos V la hace desaparecer por arte de magia. También habla de “un león rampante color carmesí mirando a la derecha” y que “este es propio del reino de León.” Y digo yo, que quizás es que el color del león perdió su tintura, ya que es obvio que el león de León jamás fue de gules, ni carmesí, sino púrpura o morado señor cronista. De la tercera propuesta que presenta (que no alusión) los comentarios sobran dada la incongruencia heráldica y vexilológica que presenta. Al final ocurrió lo que tenía que ocurrir, a saber, que como sus propuestas decayeron, su único argumento fue decir ahora que no le pareció “serio” el asunto de la comisión y abandono la misma. Allí había gente muy seria señor cronista, y menospreciar un trabajo serio dice mucho de sus comentarios, y por supuesto personas con mucha voluntad, pero voluntad por llegar a un consenso, por lo que no es de recibo ahora criticar y menospreciar el trabajo de unos por pura rabieta al no conseguir que se impusieran sus criterios.

 

Dice también que aquellas reuniones en las que participó anteriormente “era una aportación de gente con autoridad histórica”, lo cual hay que poner en duda cuando se contradice continuamente. No sé por dónde pasea la autoridad ahí. Y para más gracia dice que “después se inventaron (los de la comisión se presupone) esta que proponen, con filigranas (no sé dónde están las filigranas) y hasta dónde hablan de las uñas”. Señor cronista, como decía el filósofo, la ignorancia es la madre de la charlatanería. Déjeme que le ilustre: si se remite usted, por ejemplo, a la Ley 33/1981, de 5 de octubre, del Escudo de España, en su artículo 1 dice textualmente al describir el escudo que “es cuartelado y entado en punta. En el primer cuartel, de gules o rojo, un castillo de oro, almenado, aclarado de azur o azul y mazonado de sable o negro. En el segundo, de plata, un león rampante, de púrpura, linguado, uñado, armado de gules o rojo y coronado de oro”. Vaya, que casualidad que el escudo de España se describa correctamente sobre todo al decir que el león es uñado y linguado.

 

Señor cronista, la comisión no ha inventado nada y toda la composición consensuada del modelo final está sólidamente fundamentada en sus elementos y representa perfectamente a la ciudad, todo con base heráldica y vexilológica. Y claro que se habla de las uñas del león (uñado se dice) y de la lengua (linguado se dice) si se me apura, porque por si no es de su sapiencia erudición, sepa usted que cuando se describen los elementos heráldicos y vexilológicos se describen con su propia terminología como ciencia que es y que usted sabe perfectamente: la heráldica y la vexilología son ciencias auxiliares de la historia. Es curioso que en tanta erudición heráldica que aparenta presentar, sea precisamente en sus manifestaciones donde brille por su ausencia la terminología específica de esta ciencia heroica. Quizás, y perdón por la ironía, es que realmente en este asunto el que “pasaba por allí” era usted.

 

Tanta contradicción entre unas manifestaciones y otras solo me hacen pensar que es obligado por su parte una auténtica puesta al día en temas heráldicos y vexilológicos y desistir de menospreciar el trabajo serio de otros. La humildad del erudito es su mayor tesoro. A propósito: no se diseña una bandera y después se justifica, sino al revés, partiendo de la vexilología y la heráldica se diseñan y organizan los elementos históricos y representativos de una bandera al igual que sucede en los blasones…, y tal afirmación no es de manual ni pasaba por allí.