20 Mayo 2024
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OPINIÓN: El mundo necesita gente que ame lo que hace, hacen falta más Silvias Intxaurrondo

El mundo necesita gente que ame lo que hace, hacen falta más Silvias Intxaurrondo

 

No debería ser noticia el hecho de que una periodista haga su trabajo en directo contrastando datos ante una tirada de datos falsos. Da igual que sea en precampaña o no. Quizá, y tan sólo quizá, que el momento se produzca días antes de las elecciones sea agravante para quien emite la mentira, pero por supuesto, dignifica la labor periodística, y mucho más cuando Pastores y Valleses campan a sus anchas moderando falsedades con un tono obediente y sin presentar oposición alguna. 

 

Silvia Intxaurrondo fue despedida de Telemadrid tras poner en aprietos en directo a Ayuso, haciéndole preguntas premonitorias acerca del personal que iba a contratar para cubrir el famoso hospital de Valdebebas; que no digo yo que influyera en su despido el hecho de que la presidenta de la comunidad de Madrid zanjara con un “esas preguntas no se le hacen a una presidenta”... pero existe alguna posibilidad de que algo tuviera que ver en el despido de la de Baracaldo, porque después de aquello, Ayuso no comparecía en Telemadrid ni aunque Filomena paralizara su comunidad. 

 

La periodista puso después a Maroto contra las cuerdas en declaraciones con respecto a la exhumación de Primo de Rivera y podríamos estar hablando de las veces que la periodista no se ha dejado avasallar con mentiras toda la semana... Hasta que ayer le tocó a Feijoó.  

 

El problema, desde el punto de vista informativo, no es que el candidato a la presidencia mienta sin miramientos, porque gracias a profesionales como Silvia, no quedaron impunes, sino que fue la manera de encarar sus propias mentiras, poniendo en tela de juicio la labor profesional de quien entrevista, con actitud desafiante con que sin miramiento alguno dejaba claro que no eran necesarias amenazas en caso de que Feijoó llegue a ser presidente. 

 

Algún medio tituló ayer que Silvia se inmolaba ante el candidato gallego por sus preguntas, y eso, es lo que no debería ser noticia. Aunque en un mundo en que vemos cómo los derechos fundamentales están en tela de juicio pendientes de lo que ocurra tras el 23J, lo que debería ser y lo que no, se encuentra entre líneas desdibujadas. 

 

Mucho se ha hablado siempre de la corrupción en medios de comunicación, la desinformación partidista y la necesidad que tiene la sociedad de periodistas valientes. Esperemos que este hecho no quede en el olvido y nos venga a la cabeza cuando la censura inunde algún que otro plató, o en el caso de que RTVE cambie de color. 

 

Gracias por dignificar la profesión, Silvia Intxaurrondo.