¿Por qué se cierran las piscinas cuando hay tormenta?
Es una escena común en verano: comienza a llover levemente o se escucha un trueno a lo lejos, y el socorrista invita a todos los bañistas a salir del agua.
Aunque pueda parecer una medida exagerada, la decisión de cerrar temporalmente una piscina durante una tormenta está plenamente justificada por razones de seguridad.
Según expertos y el propio convenio del personal de socorrismo, la electricidad que genera un rayo puede transmitirse a través del agua, lo que convierte a los bañistas en blancos potenciales de descarga eléctrica.
El cuerpo humano, sumergido en el agua clorada, es un excelente conductor y puede atraer los rayos con mayor facilidad, actuando como un pararrayos viviente.
Además del peligro directo para los usuarios, los socorristas también corren riesgo si permanecen en el recinto durante la tormenta, ya que la electricidad puede propagarse por estructuras metálicas, tuberías o incluso el vallado de seguridad.
El riesgo no desaparece, aunque no llueva: una tormenta eléctrica seca también representa un peligro elevado. Las estadísticas muestran que incluso con una distancia de hasta 500 metros desde el punto de caída del rayo, puede haber conducción eléctrica suficiente para causar la muerte o lesiones graves.
Por ello, recomiendan suspender todas las actividades acuáticas cuando haya tormentas a menos de 13 kilómetros, o si el tiempo entre un relámpago y un trueno es inferior a 40 segundos.
El convenio de los socorristas establece que pueden abandonar el puesto durante condiciones meteorológicas adversas, pero con dos condiciones:
-
Autorización del presidente de la comunidad o responsable del recinto.
-
Verificación de que no quede nadie dentro de la piscina y cierre total del recinto.
La función preventiva del socorrista implica no solo rescatar, sino también evitar accidentes antes de que ocurran.
Por ello, su decisión de desalojar una piscina ante una tormenta debe ser entendida como una medida responsable, basada en criterios técnicos y científicos, y no como una exageración.