Qué frágil es la vida

Un suspiro de aire en medio de un domingo gris, que tiñó de tristeza nuestra existencia, recuerda cada momento vivido a tu lado, tu alegría, tu generosidad y amor.

Malheridos, haciéndonos tantas preguntas en cada instante del día que no consuelan tu marcha.

Quise poner un himno en mi vida, aquel que marcaba cada momento entre luces y sombras, señaladas por las horas del reloj y allí estábamos poniendo todo el corazón, dejando el miedo guardado en un cajón.

No olvido el sufrimiento en medio del amor más puro en una profunda lucha buscando el camino de la vida, que quedará en mi para siempre.

Ahora, en medio del silencio de un amanecer, te recordaremos Mamá, Beatriz y yo sintiéndote cerca, muy cerca. Eres luz, aquella que guió y guiará nuestro camino en medio de la senda más abrupta.

Seguiremos informando puntualmente con rigor escrupuloso, aquel que te enamoraba, luchando entre todo aquello que separa lo justo de lo injusto.

Tu palabra, tu energía... Tú.

Me quedo con todo aquello que nos hizo felices a tu lado y una sonrisa dibujada en los labios de Mamá y Beatriz junto a la mía, en aquellas reuniones familiares inacabables.

Tenemos tu amor tatuado muy dentro de nosotros, ese amor tuyo a la vida que pulimos a base de momentos.

Qué frágil es la vida..., que ahora nos llena de bella melancolía y solo quedará nuestro infinito amor que va más allá del cielo.

Cuida nuestros corazones.