Carta al cielo a D. José María Saponi

Querido José María:

Quiero despedirme de ti, estés donde estés, ya que no pude decirte adiós el día que partiste al cielo. Y digo cielo porque estoy convencido de que las personas que, como tú, dedicaron su vida a salvar vidas y a hacer el bien en este mundo, cuando dejan esta tierra, van a un lugar donde continúan salvando vidas y haciendo el bien.

Hace más de 50 años, tú, junto conmigo y otro compañero, fundaste la Hermandad de Donantes de Sangre de Cáceres, una hermandad que hoy sigue en primera línea a nivel nacional. Sin personas como tú y otros compañeros que ya nos han dejado, habría sido imposible llegar donde estamos hoy.

Querido hermano José María, te pido que, desde donde estés, reces por nosotros para que este mundo, tan difícil a veces, mejore en salud y en tantas otras cosas que necesitamos.

Quiero despedirme de ti en nombre de todas las personas cuyas vidas ayudaste a salvar y de mi junta directiva. No encuentro palabras suficientes para agradecer todo lo que hiciste, ocupando numerosos cargos que fueron de gran beneficio para nuestra sociedad.

Un fuerte abrazo desde esta tierra Extremadura que te vio nacer y especialmente de tu Cáceres querido.  

Jesús Domínguez Cuesta, presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Cáceres.