30.000 aves mueren cada año en España por los tendidos eléctricos
8 de Diciembre de 2025
Unas 30.000 aves mueren cada año en España, electrocutadas o al colisionar con infraestructuras eléctricas, lo que convierte a los tendidos en la principal causa de mortalidad no natural para la avifauna del país. Así lo denuncian desde SEO/BirdLife, que advierten de que esta cifra está muy por debajo de la realidad debido a la falta de seguimiento sistemático de miles de kilómetros de líneas eléctricas.
Según explica la técnica de SEO/BirdLife, Sara Cabezas, muchos tramos de tendidos no son inspeccionados ni por las compañías eléctricas ni por sus propietarios, que en algunos casos son particulares. Esta ausencia de vigilancia provoca que numerosos casos de electrocución o colisión pasen desapercibidos, ya que los cadáveres pueden desaparecer rápidamente por la acción del clima o de animales carroñeros.
Las especies más afectadas suelen ser aves de gran envergadura, como el águila imperial ibérica, las garzas, las grullas o las cigüeñas, aunque también destacan otros casos como el milano real, una de las especies más damnificadas a pesar de no ser de las más grandes. Además, expertos advierten de que numerosas aves pequeñas también mueren por colisión, aunque sus restos raramente llegan a ser contabilizados.
Las zonas con mayor riesgo se concentran en espacios de alto valor ambiental, como la Red Natura 2000, que incluye Zonas Especiales de Conservación y Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), además de áreas de distribución de especies protegidas recogidas en los planes autonómicos de recuperación.
Para reducir esta mortalidad, SEO/BirdLife insiste en la necesidad de adaptar los tendidos eléctricos, mediante el aislamiento de líneas, una correcta señalización o el soterramiento cuando sea posible. La organización reclama también la actualización de un real decreto pendiente desde hace meses, clave para mejorar la normativa vigente.
En este contexto, SEO/BirdLife participa en un proyecto LIFE internacional con socios portugueses, destinado al seguimiento de tendidos eléctricos en espacios de la Red Natura 2000. En España, el proyecto abarca nueve zonas repartidas entre Extremadura, Castilla y León y Andalucía, mientras que en Portugal se actúa en otras nueve áreas protegidas.
Además, la entidad ha puesto en marcha una plataforma web y una aplicación móvil para recopilar datos sobre mortalidad de fauna en infraestructuras, fomentando la participación ciudadana. “Cualquier persona puede contribuir a la ciencia ciudadana recogiendo datos de forma sencilla”, destaca Cabezas.
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